Más de siete horas esperando a una ambulancia para llevarlo a Fuenteguinaldo con 93 años y enfermo oncológico

SANIDAD

La familia de Juan denuncia que se negaron a llevarlo a las 3 y a las 8 de la tarde cuando ya estaba subido en la camilla

Ambulancias y ambulancia en el hospital de Salamanca. Archivo.
Ambulancias y ambulancia en el hospital de Salamanca. Archivo.

Poco antes de las tres de la tarde Juan, de 93 años y paciente oncológico que ha pasado la noche en el Hospital Universitario de Salamanca por una caída, recibe el alta. Los profesionales sanitarios lo acompañan hasta la ambulancia que ha de llevarlo a Fuenteguinaldo y cuando está subido en la camilla, la técnico en transporte sanitario se niega a llevarlo alegando que el volante dice que no puede ir sentado. Los sanitarios le aseguran que el volante es correcto, pero se niega a realizar el traslado. El paciente vuelve al hospital y a las ocho de la tarde se repite la misma operación, con el hombre ya subido en la camilla el técnico vuelve a negarse a realizar el traslado al ver que el destino es Fuenteguinaldo, a más de una hora de la capital. El personal sanitario del centro se indigna, se queja, pero no sirve de nada. Juan se queda otra vez en el hospital hasta las 10 de la noche, que cambia el turno de trabajo de los técnicos de transporte, es decir, que permite que un traslado de larga distancia no interfiera en los turnos ni obligue a hacer horas extra.

No es la primera vez que ocurre, el personal sanitario asegura que es algo habitual. De hecho, los pacientes que necesitan de los traslados de forma habitual y sus familias saben que un recorrido de apenas media hora puede prolongarse durante tres o cuatro, contando con la espera de la ambulancia.

La familia de Juan está indignada con el trato recibido y aseguran que van a poner una reclamación. En la residencia de Fuenteguinaldo esperaban desde primera hora de la tarde la llegada de Juan, con una situación médica muy delicada, según asegura su hija. Sin embargo, su traslado se prolongó tanto que llegó bien entrada la noche a la localidad, concretamente a las 23.30 horas. Más de siete horas de espera por una ambulancia y la hora y media de trayecto, con una edad y una condición médica muy delicada. “Es una vergüenza el trato que han dado a mi padre”, asegura su hija, “estamos indignados con el trato, no es normal que a una persona tan mayor y tan enferma la tengan esperando tantas horas. Es inhumano”.

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