Los sindicatos consideran que “lo que se escribió hace 25 años continúa sin cumplirse”

En el curso 2019-2020 no se creará ninguna nueva plaza de atención al alumnado con necesidades especiales a pesar de presentarse una propuesta a la Junta de Castilla y León para contar con 25 más.

 Educación Inclusiva 2
Educación Inclusiva 2

“Hemos avanzado poco. Seguimos peleando por lo mismo porque lo que se escribió hace 25 años continúa sin cumplirse". Laura Mayo, secretaria de Enseñanza de Comisiones Obreras en Salamanca, se muestra escéptica a la hora de hablar de progresos desde la firma de la Declaración de Salamanca de Principios y Prácticas para las Necesidades Educativas Especiales y la Educación Inclusiva.

Según ella, el sector precisa de una ampliación de personal destinado a la atención de alumnos con necesidades especiales, algo que depende de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León: “En la negociación de plazas en espacios públicos para el próximo curso, los sindicatos pedimos crear 25 más, que es lo demandado por los centros escolares, pero la Junta ha estimado no fomentar ninguna. Hay que tener en cuenta que algunos profesionales solamente pueden dedicar un tercio o un cuarto de su jornada a atender a un alumno y que las ratios son muy elevadas: hay maestras de Pedagogía Terapéutica que tienen once alumnos asignados y las de Audición y Lenguaje, quince, cuando tenían que ser cuatro como mucho. Pasa en todas las especialidades. Eso implica que los estudiantes no reciban las sesiones que necesitan porque, además, pueden ser de niveles educativos distintos y con discapacidades diferentes”.

Además, Mayo expone a SALAMANCA24HORAS otro factor que condiciona este tipo de atención: “Algunos profesionales han de desplazarse por escuelas rurales, lo que hace que pierdan dinero al tener que costear desplazamientos o alquileres de viviendas. Pasa en toda Castilla y León. Eso fomenta la precariedad en el empleo. Es vergonzoso”.

Basándose en la Declaración de Salamanca, la secretaria de Enseñanza de Comisiones Obreras en Salamanca se fija en otro punto que se incumple. “Se recomienda tener un orientador por cada 250 alumnos y los hay por cada 800. Por si fuera poco, en ocasiones sin dedicación a tiempo completo”, asegura.

Para respetar lo acordado en Salamanca hace un cuarto de siglo, Laura Mayo aboga por aumentar el personal destinado a este tipo de alumnado, por bajar las ratios y por aportar más recursos y dinero a esta labor: “Una educación de calidad no significa tener un Bachillerato con notas excelentes, sino que todos puedan acceder a ella. Si en la sociedad vivimos juntos, en la escuela también hay que compartir. Para que la educación sea inclusiva, lo ideal es que los estudiantes con necesidades y sin necesidades puedan convivir en la misma escuela siempre que sea posible, pues entiendo que hay casos que han de ser tratados fuera de un centro ordinario”.

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