​"La situación de las verbenas y orquestas es dramática; no tenemos trabajo y, sin ayudas, vamos a desaparecer"

El presidente de la Asociación Española de Agencias y Profesionales del Espectáculo explica a SALAMANCA24HORAS que van a intentar resistir, pero que sin un plan de rescate y ayudas, muchos profesionales del sector tendrán complicado continuar, ya que la situación es “dramática y catastrófica”

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El 14 de marzo, con un aumento exponencial de la pandemia del coronavirus, se decretaba el estado de alarma en España. Un Decreto-ley que implicaba un confinamiento obligatorio que, según las primeras informaciones, podría prolongarse durante un mes. Rápidamente, y con el paso del tiempo, se pudo confirmar que no sólo esa cuarentena debía prolongarse durante más tiempo, sino que retomar la antigua normalidad sería prácticamente imposible hasta que se desarrollase una vacuna.

De hecho, el Gobierno de España acuñó un nuevo término que si bien hoy en día nos suena familiar, costó comprender. La “nueva normalidad” implicaba diversos cambios en nuestra forma de vida que se resumían en mayores medidas de higiene -como el uso obligatorio de mascarilla- y en evitar aglomeraciones hasta que el virus estuviese más que controlado.

Esto supuso que, si bien se iniciaba la “nueva normalidad” el pasado 21 de junio, muchas de las actividades que antes realizábamos quedaban o bien limitadas o bien prohibidas. No se puede ir al fútbol, hay que comprar con antelación las entradas para el cine o teatro -y los asientos están separados con la distancia de seguridad exigida- y el aforo en los bares, restaurantes y discotecas está muy limitado, especialmente en su interior.

Sin embargo, hay algo que no se podrá hacer este verano: disfrutar de las fiestas del pueblo. Una actividad más que tradicional en Salamanca y que, tras la prohibición de la Junta de Castilla y León, quedaba pospuesta hasta, como pronto, los meses de octubre y noviembre, siempre y cuando haya vacuna.

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Más allá del sufrimiento de jóvenes y adultos que acuden a su lugar de origen -o al de sus familias- a reencontrarse con amigos y familiares y a pasar unas jornadas festivas, esta decisión, muy similar a las que se están tomando en el resto de regiones de España, esconde detrás un drama: el de las verbenas, orquestas y profesionales que se dedican a los espectáculos.

Un sector de una alta temporalidad, principalmente en verano, que ha visto cómo de golpe y porrazo se esfumaban todas sus opciones de trabajar este año. Y quien sabe si el que viene o, incluso, para siempre. Porque el riesgo de desaparición de muchas de estas formaciones es más que real, tal y como explica el salmantino Carlos de la Calle, presidente de Acople (Asociación Española de Agencias y Profesionales del Espectáculo).

“La situación es dramática y catastrófica”

Carlos cuenta a SALAMANCA24HORAS que la situación que afronta todo el sector es “dramática y catastrófica”, llegando incluso a señalar que “cualquier apelativo se queda corto”. Y es que la temporalidad antes mencionada hace que sólo puedan trabajar en esta época –salvo algunas fiestas en los primeros o últimos meses del año- y, por tanto, sea en verano cuando obtienen la inmensa mayoría de sus ingresos.

“Algunas verbenas u orquestas llevan desde febrero sin trabajar. Pero otras desde octubre del año pasado, mientras que a nivel empresarial han tenido que seguir soportando muchos gastos”, prosigue el presidente de Acople, quien lamenta que, a diferencia de otros sectores que reúnen aglomeraciones, el de las verbenas, orquestas y profesionales del espectáculo no tenga ningún protocolo que les permita seguir actuando.

En Castilla y León, su estimación es que cerca de 12.000 personas viven de las fiestas de los pueblos de manera directa, mientras que otras 32.000 lo hacen de manera indirecta. Durante este tiempo, muchas de ellas han seguido con unos gastos, como antes mencionaba Carlos, como son el pago de créditos y alquileres de infraestructuras. Unos gastos empresariales que no se han compensado con ayudas, ya que desde Acople estiman que el 82% de los trabajadores del sector no ha percibido ningún tipo de ayuda o ERTE durante este tiempo.

Sin ese acceso a prestaciones la situación ha tornado en más que dramática, porque la realidad es que “no tenemos trabajo”. Además, aunque algún otro negocio ha podido cambiar su modelo, el Carlos de la Calle apunta que las verbenas, las discomóviles y otros subsectores “no pueden reinventarse de la noche a la mañana. Es imposible”.

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Igualmente, el presidente de Acople indica que no sólo son las verbenas y orquestas las que se están viendo afectadas por ese cese de actividad. También otros sectores relacionados con las fiestas patronales y que, pese a no reunir aglomeraciones, no están siendo contratados al cancelarse las mismas, como pueden ser los profesionales de la pirotecnia, las empresas de catering o las que instalan parques de juegos infantiles (hinchables).

“Cuando se cancela el cartel íntegro afecta a muchas personas”, reseña, lamentando que todas esas empresas se pueden ir a pique al no recibir un plan de ayudas o de rescate que se antoja más que necesario. “Si no podemos mantenerlo, vamos a desaparecer, porque es insostenible mantener una empresa sin ningún tipo de ingresos”, valora, refiriéndose ya no a los empresarios si no a los trabajadores que no pueden estar varios meses sin ninguna ganancia.

“Somos un sector debilitado administrativamente, y no vamos a percibir nada de los contratos firmados”

El problema que afrontan las verbenas, orquestas, profesionales del espectáculo y otros sectores que se integran en Acople es su naturaleza heterogénea. “Para determinadas cuestiones somos de Cultura; y, para otras, de Industria”, explica Carlos, lo que hace que “en muchas ocasiones la propia Administración Pública no conozca lo que es nuestro sector”.

De hecho, recientemente se reunieron, en lo que a Castilla y León respecta, con el vicepresidente Francisco Igea, con la consejera de Empleo e Industria (Ana Carlota Amigo Piquero) y con el consejero de Cultura y Turismo (Javier Ortega) y, si bien no tenían el conocimiento exacto de cómo funcionaba el sector, sí encontraron buena predisposición. Carlos de la Calle también indica que, históricamente, el sector ha tenido poca “tradición” a asociarse, algo que ahora están solventando.

“No hemos sido nunca reconocidos, pero esta situación dramática ha dado impulso al asociacionismo para intentar dar visibilidad al problema”, cuenta el presidente de Acople. Un problema que comienza con la anulación de todos los contratos firmados antes del estado de alarma -las grandes orquestas cierran su calendario a finales de año o principios del siguiente- y de los que “no vamos a percibir nada”.

Y es que dichos contrato “no tienen ninguna validez por la cuestión del estado de alarma”, lamenta Carlos, al haberse anulado por fuerza mayor. Esos los que se firmaron, porque hubo muchos que se quedaron en las mesas de los Consistorios sin rubricar.

Estas situaciones se dan porque “somos un sector debilitado administrativamente”. Al menos, hasta ahora, algo que desde Acople intentan corregir y mejorar para lograr una supervivencia que se antoja complicada sin algún tipo de ayuda, algo que todavía no han recibido. “Si hubiéramos podido acceder a alguna ayuda por cada contrato anulado o por las cancelaciones, a lo mejor lo tendríamos más fácil”, indica, aunque seguirán peleando por ello.

“Todo el mundo va a intentar resistir, pero si no tenemos un plan de rescate en breve, lo vamos a pasar muy mal

Carlos también considera normal que el dinero que muchos ayuntamientos fueran a destinar a sus festejos lo hayan invertido en otras cuestiones como la sanidad o ayudas sociales. Esto hará, eso sí, que aunque puedan trabajar, no sean llamados. No sólo es eso, sino que otros muchos consistorios tampoco celebrarán sus fiestas, aunque puedan, porque “hay mucho miedo y las administraciones locales son reacias a rebrotes y a todo lo que ello podría conllevar”.

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Una decisión “totalmente y perfectamente comprensible”, insiste el presidente de Acople, puesto que la responsabilidad que tienen “es muy fuerte”. “Entendemos que la salud está por encima de todo”, recalca Carlos, quien asegura que el sector “va a intentar resistir y mantener su negocio”, aunque no lo tengan fácil.

De hecho, si hubieran tenido un protocolo a la hora de desescalar, igual sí que se podría celebrar a lo largo del verano algún festejo. “Pero a nosotros no se nos ha nombrado ni hemos tenido visibilidad”, comenta Carlos, quien cree que “si no tenemos un plan de rescate en breve, lo vamos a pasar muy mal. Tendremos que desaparecer y dedicar a otra cosa para sobrevivir”.

Y es que tampoco hay tiempo de reinventarse para lograr esa supervivencia, porque “todos los sitios están paralizados, a nivel estatal, y no podemos ir a ningún sitio, por lo que no hay opciones a ingresar”. Desde Acople reiteran que al sector le gustaría trabajar lo antes posible “siempre y cuando la situación sanitaria esté garantizada para todo el mundo. Pero nos gustaría poder trabajar”.

“Queremos trabajar, no vivir de subsidios”

Porque esta es otra cosa que tienen clara desde la Asociación Española de Agencias y Profesionales del Espectáculo: “Queremos trabajar, no vivir de subsidios”. Así lo manifiestan y, aunque ahora sí que necesitan un rescate y ayudas para salvaguardar tanto el tejido empresarial como el laboral del sector, reiteran que lo que de verdad desearían sería volver sobre los escenarios.

Respecto a ambos tejidos, el empresarial y el laboral, Carlos de la Calle afirma que “ambos son absolutamente necesarios”. Y es que no sólo se necesita a los empresarios, sino que los cantantes y músicos son igual de vitales e, incluso más difíciles de encontrar, porque necesitan una formación. Lo mismo sucede con los chóferes u otros trabajadores.

Pero, si no tienen actividad que realizar ni ingresos, “se tienen que buscar la vida como pueden. Y ese es el gran peligro, que abandonen la profesión para dedicarse a otra cosa”. Sea como fuere, el sector afronta unos meses más que duros de los que esperan salir con más fuerza que antes.

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