Nacido en Salamanca en 1981, Emilio Vicenteestudiaba Comunicación Audiovisual en la Universidad Pontificia de Salamancaentre 1999 y 2003. Ahí ya hacía sus pinitos cubriendo eventos deportivos paraOnda Cero Salamanca, pero estar en un Mundial de baloncesto era unsueño.
Sin embargo, en 2019, ya como titulado ytrabajador del periódico ABC desde 2008, seencuentra en China siguiendo los pasos y las canastas de España. “He estado conla selección en varios países, como Alemania, Eslovenia, Francia, Lituania oBrasil (en los últimos Juegos Olímpicos), pero este es el lugar más lejano yexótico”, señala Vicente a SALAMANCA24HORAS.
Lo expresa con argumentos, pues estácompartiendo con los equipos los constantes viajes y circunstancias que estánmarcando el campeonato, que empezaba el 31 de agosto y concluye este domingo:“Empezamos al sur de China, en Cantón, un lugar con casi 50 millones dehabitantes entre la capital y el alfoz. De allí fuimos a Wuhan, que está en elcentro y cuenta con 10 millones de personas. Tuve la sensación de que laespectacularidad de Manhattan se queda pequeña a su lado. Más tarde tuvimos queir a Shanghái, una de las capitales del mundo, que te hace entender cómo Chinaquiere expandir su modernidad al resto del planeta. Desde el miércoles estamosen Pekín, que es parecida a Shanghái y es donde finaliza el torneo. China es unlugar que choca porque su escritura es diferente a la nuestra y es complicadohacerse entender, ya que la mayoría de los chinos no hablan inglés, ni siquieraen los hoteles”.
A esa dificultad se añade la diferenciahoraria con España. “La actividad comienza pronto aunque no haya partido porquedependo de la agenta de la selección y tengo que planificar qué temas tratar.El trabajo en España empieza cuando aquí llevamos buena parte del día hecho,por lo que la jornada laboral se alarga”, indica Emilio Vicente desde Pekín.
Por si fuera poco, a los traslados y al trabajose suma la burocracia: “La organización decidía que los equipos visitarancuatro de las ocho sedes del torneo, por lo que ha habido traslados cada tres ocuatro días con un tráfico de locura. Hemos tardado hora y media en ir desdelos hoteles al aeropuerto. Eso ha provocado que unos compañeros llegaran tardea un partido, ya que se retrasó la realización de acreditaciones. Jamás hapasado esto en otro campeonato que haya cubierto”.
Con esas vicisitudes está trabajando esteinformador salmantino, para el que resulta difícil acercarse a los jugadoresmás allá de en los pabellones y a la conclusión de los encuentros. “Hace diezaños era más sencillo estar con ellos en el hotel, pero en todos los deportesse está rompiendo la relación entre el periodista y el deportista, al que lasentidades intentan proteger. Y eso que los jugadores de baloncesto de España,aunque sean estrellas, se comportan de manera diferente a los futbolistas y sonmás cercanos que ellos”, señala el enviado especial de ABC al Mundial, que destaca a Marc Gasol y Ricky Rubio como losseleccionados por Sergio Scariolo que más admiradores tienen en esta naciónasiática.
Entre ellos se encuentran, lógicamente, losfamiliares de los jugadores, con los que Vicente trata: “Están la mujer de XaviRabaseda y los padres de Joaquim Colom y de los hermanos Hernangómez, pero losjugadores han tenido poco tiempo libre en este Mundial. Después del encuentrode cuartos de final aprovecharon para cenar juntos en Shanghái y hacer turismoal día siguiente”.
Como se aprecia, Emilio está al tanto detodo lo que ocurre en China en torno al combinado nacional, aunque tienepresente que Salamanca se encuentra en Ferias y Fiestas. “Este año me laspierdo y me pasa frecuentemente porque los torneos de baloncesto suelendisputarse a principios de septiembre, pero he venido con alegría porque estoyhaciendo algo que me gusta. Eso sí, echo de menos algunos pinchos de las casetasporque me mandan fotografías de ellos por WhatsApp y porque aquí la comida esmuy picante y toman algunos alimentos que los españoles podemos considerar raros.Supongo que a ellos también les sorprenderá que nosotros comamos nécoras opercebes”, reflexiona.
Para sentir Salamanca cerca, Emilio Vicenteha conversado con el otro charro que está en el Mundial: José IgnacioHernández. El entrenador, integrado en la Federación Española de Baloncestocomo director deportivo, acompaña a las selecciones españolas de cualquiercategoría en sus compromisos veraniegos. Por eso, está más acostumbrado apresenciar torneos, circunstancia que para el comunicador es más ardua: “Elperiodismo está de capa caída porque es infrecuente asistir a un campeonato,por lo que hacerlo como periodista es un privilegio. A pesar de las dificultadesque estamos teniendo, este trabajo me está aportando mucho. Intento aprovecharalgún rato para conocer la cultura de los chinos y me llama la atención que escupancontinuamente. Está siendo un viaje para recordar”.
También un campeonato, pues España disputaeste domingo la final contra Argentina y opta a ser la ganadora del mismo. ¿Loconseguirá y lo contará Emilio Vicente? Respuesta: “Esta selección es capaz deganar y de perder ante cualquiera, pero cada vez que parece que toca techo, sesupera”.