La crisis ha cambiado los hábitos de los españoles, indica Nebot, y se ha notado especialmente en el número de comensales, que se ha reducido. “El truco más utilizado para abaratar el coste es el de casarse en fechas menos solicitadas como viernes, domingos y sábados en la temporada de invierno por las promociones y ofertas que se ofrecen, suponiendo un ahorro de hasta un 20 % en el precio del banquete”.
Maquillaje, trajes o flores se llevan un buen pellizco del presupuesto. El servicio de floristería y la decoración suele costar entre 100 y 500 euros, el maquillaje y la peluquería sube de media unos 230 euros y el traje de la novia asciende hasta los 1.750 euros si se recurre a una firma especializada, según ‘El libro imprescindible de las bodas’. Espectáculos, joyería, sweet tables y otros tantos extras van incrementando la factura.
Las ubicaciones preferidas para celebrar la boda son las fincas, los restaurantes, los hoteles y los salones de boda. “Según nuestras estadísticas [los novios] suelen dedicar un 85 % [del presupuesto del banquete] al menú y a la gastronomía, un 10 % a las discomóviles y a la barra libre y entre un 5 % y un 10 % a otros servicios adicionales (bufés, jamón viruteado, barras de bebidas premium, etc.)”, declaran desde el Grupo La Cartuja, que cuentan con dos complejos de celebración de bodas en Valencia.