La historia de esta unión comienza al inicio del estado de alarma, cuando la coyuntura general impedía a los salmantinos conseguir material sanitario de protección para uso doméstico debido al desabastecimiento. Fue en ese momento cuando la Unidad Central de Esterilización del Hospital comenzó a realizar mascarillas con polipropileno médico de doble capa. "Se trataba de cubrebocas higiénicos, no indicados para personal sanitario al no contar con normativa aplicable como EPIs, pero con un grado de filtración superior al 95%", indica a SALAMANCA24HORAS David Ricardo Figuero, jefe de Unidad de Enfermería de la Unidad Central de Esterilización y Medicina Preventiva del Hospital de Salamanca.
Los trabajadores de este esencial servicio del Clínico empezaron a hacer estas mascarillas, pero cuando la situación en el Complejo Asistencial se intensificó y fue necesaria emplear todo su esfuerzo en otros menesteres, trataron de pasarle el testigo de la fabricación de estos cubrebocas a otro colectivo. Fue entonces cuando contactaron con las hermanas Jesuitinas. "Sabíamos que tenían máquinas de coser y que se dedicabana a ello, por lo que les fuimos surtiendo de polipropileno para su realización", indica Figuero. El trabajo de las religiosas ha sido de una inestimable ayuda para crear mascarillas infantiles, que son repartidas en el Hospital para uso doméstico.
Ya han realizado más de 500 y su trabajo, totalmente altruista, continúa. Tras coserlas, las devuelven al Hospital para que sean esterilizadas y repartidas. Fruto de este compañerismo, los trabajadores de la Unidad Central de Esterilización han conseguido que una empresa done a las religiosas otra máquina de coser.
David Ricardo Figuero quieren agradecer a través de este diario a Javier García, de la empresa Amcor Flexibles Pergut la donación de la máquina de coser, así como al personal de Enfermería de Esterilización por su trabajo durante esta crisis y al resto de voluntarios que también han realizado numerosas mascarillas higiénicas.