Un año más y ya son 43, este domingo han culminado los actos de homenaje a los asesinados en la Matanza de Atocha ocurrida en enero de 1977. En primer lugar, a las 11:00 horas ha tenido lugar una ofrenda floral en la puerta de la sede salmantina de Comisiones Obreras, y a las 12:00 horas el recuerdo se ha trasladado al cementerio San Carlos Borromeo, donde se encuentra la tumba de Serafín Holgado.
En ambos actos hubo representantes políticos y sindicatos. En el cementerio también estuvieron el secretario provincial de CCOOO, Emilio Pérez, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo o el concejal socialista José Luis Mateos; miembros de la asociación Salamanca, Memoria y Justicia o el delegado territorial de la Junta, Eloy Ruiz.
Se cierran así los actos celebrados esta semana en recuerdo de Holgado y de las demás víctimas de la matanza, tras la presentación de un libro del escritor Javier Padilla y la proyección de la película de la película Siete días de enero, dirigida en 1979 por Juan Antonio Bardem.
Sobre Serafín Holgado
Serafín Holgado nació en Salamanca el 19 de abril de 1949 y sólo llevaba trabajando como abogado en prácticas en el despacho de Atocha tres meses el día que le asesinaron. Según se puede leer en la página web de la Asesoría Serafín Holgado, el letrado salmantino asesinado era hijo de Serafín, trabajador ya jubilado de RENFE, y de Pilar. Antes de trasladarse a la capital residía, junto a ellos y a sus dos hermanos, en Garrido y tenía una novia que era estudiante de Filología. La única asignatura que le quedaba por aprobar a Serafín Holgado para licenciarse en Derecho era Derecho Mercantil, y se sabe que estuvo trabajando en el Instituto de Ciencias de la Educación para costearse su carrera universitaria.
Holgado estaba afiliado al Partido Comunista de España, que aún permanecía en la clandestinidad ya que no fue legalizado por Adolfo Suárez hasta el 9 de abril de aquel mismo año 1977, en plena semana santa. Como recogieron los periódicos de Salamanca el día después de su asesinato, Serafín Holgado "era muy conocido en los medios universitarios salmantinos por su desinteresado trabajo en pro de la clase obrera y por la actividad desarrollada en favor de unas aspiraciones democráticas que en todo momento impulsaron su trabajo".
El féretro con los restos mortales de Holgado llegó a Salamanca a media tarde del 26 de enero de 1977 directamente desde el Instituto Anatómico Forense. El ataud fue velado durante la noche en la Capilla de la Universidad y al día siguiente se celebró una misa en la Catedral Vieja tras la cual fue enterrado en el cementerio de Salamanca.
El Real Decreto 38/2002, de 11 de enero, anunció la concesión a título póstumo de la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort al abogado salmantino, a propuesta del ministro de Justicia y previa deliberación del Consejo de Ministros. En la calle de los Abogados de Atocha, situada junto a la Gran Vía y ante la sede de CCOO en Salamanca, otra inscripción le recuerda con un verso del poeta francés Paul Éluard: "Si el eco de su voz se debilita, pereceremos".
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