La intensidad de tráfico en la vía, el mantenimiento del asfalto o el trazado del mismo son algunos de los factores que condicionan el número de accidentes que ocurren en una carretera y por tanto la peligrosidad de la misma.
Una empresa ha indicado una serie de parámetros que condicionan la peligrosidad de una carretera, como su antigüedad, ya que una carretera nueva cuenta con unas mejores condiciones para la circulación, con carriles más amplios y mejor señalizados.
Independientemente de la antigüedad, es importante el buen mantenimiento de la vía, con el fin de que el pavimento esté en condiciones óptimas. El diseño de la carretera es "esencial" a la hora de determinar su peligrosidad, ya que las curvas pueden aumentar el número de accidentes.
La localización de la vía también es otro punto a tener en cuenta, sobre todo por la climatología de la zona. "Los lugares donde predominan las lluvias o las nieblas suelen tener riesgo de incidencias por la baja visibilidad", señala el informe.
Además, las calzadas por donde circulan una mayor cantidad de vehículos son más peligrosas, ya que cuantos más coches estén más riesgo de sufrir un percance.
"Todos estos factores condicionan irremediablemente el número de accidentes con víctimas registrados en los distintos tipos de vía y, por ende, son responsables indirectos del índice de Peligrosidad y Mortalidad en las carreteras españolas. Aunque todos los tipos de vías pueden contemplar estos factores, lo cierto es que la peligrosidad aumenta en las carreteras convencionales con respecto a las autovías", ha sentenciado la firma.
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