Este martes, 4 de febrero, falleció José Luis Cuerda, cineasta y creador incansable, en el Hospital de la Princesa de Madrid, como consecuencia de una embolia. Autor de películas como Amanece que no es poco (1989) o El bosque animado (1987), tenía 72 años y se mantuvo en activo hasta casi el final. Hace poco más de un año había estrenado Tiempo después, la "secuela espiritual" de Amanece que no es poco, en la que, infatigable, se puso al frente de un elenco de 42 actores.
Volviendo a El bosque animado (1987), la película fue un gran éxito y logró cinco premios Goya de un total de ocho nominaciones, entre ellos mejor película, mejor guión para Rafael Azcona y mejor actor protagonista para Alfredo Landa. Pese a que la mayor parte del rodaje tuvo lugar en el municipio coruñés de Sobrado, el equipo se trasladó a la localidad salmantina de Puerto de Béjar para filmar algunas escenas.
De hecho, la primera escena de la película (que también fue la primera película rodada por Cuerda) en la que aparece una locomotora de vapor avanzando por la vía del tren, fue rodada entre Cantagallo y Puerto de Béjar. Debido a que el viejo tren era hilo conductor de algunas de las 16 historias que relata el film, el equipo del director necesitaba alquilar un tren de época y manejarlo a su antojo en un lugar que encajara con el entorno repleto de eucaliptos de Sobrado. Así llegaron a Puerto de Béjar.
En octubre de 2017, José Luis Cuerda atendió la llamada del periodista bejarano Ignacio Coll para contar algunos detalles, tres décadas después, del rodaje en Salamanca de parte de su ópera prima en el periódico semanal El Día de Salamanca. "No tengo el detalle de quién dio la idea, pero necesitábamos usar las vías y un tren de época y nos pusimos en contacto con Renfe. Y alguien nos sugirió aquel lugar".
Tal y como relató Coll, la línea de pasajeros Plasencia?Astorga había sido cerrada un par de años antes, pero las instalaciones estaban todavía en uso. Los técnicos de la película localizaron un espacio de rodaje entre la parte alta del municipio y la estación del tren. Un pequeño camino empedrado conectaba el apeadero que construyeron para la grabación.
El reportaje también contaba con los recuerdos de dos mujeres de Puerto de Béjar que participaron como figurantes en la grabación de la película de Cuerda, los días 16, 17 y 18 de julio de 1987. Encarna González y Consuelo García hacen ese mismo recorrido sonriendo. "Mis padres tenían una tienda en el pueblo, y una mañana de verano vino Félix Nieto (dueño del hotel de Puerto y del cine Béjar) para decirnos que se iba a grabar una película y que buscaban mujeres jóvenes, así que allí nos presentamos tres amigas, Encarna, María Jesús y yo", relató Chelo.
"Se trabajaba por las mañanas, desde las ocho hasta después de comer. Al terminar nos daban un bocadillo y un refresco en el hotel de Félix y volvíamos para casa. Lo pasamos genial", contó Encarna, que no se puso de acuerdo con Chelo sobre cuánto dinero ganaron. "Yo creo recordar que nos dieron 11.000 pesetas para las tres. ¡Y vaya fiestas que nos pasamos aquel año! Nos arreglaron el verano".
Precisamente Félix Nieto jugó un papel clave en aquellos días. Alojó en su hotel a las 40 personas desplazadas a Puerto, y ayudó con el casting y los detalles de intendencia necesarios. "Después de trabajar, Cuerda se relacionaba poco. La imagen que tengo de él es en su habitación. Con quien sí trabé cierta amistad fue con el director de fotografía, Javier Aguirresarobe, que era muy simpático".
Director, técnicos, actores y actrices convivieron durante tres días de verano en Puerto, y aunque algunos de los actores más conocidos, como Alfredo Landa, María Isbert y Fernando Rey no participaron en esas jornadas del rodaje sí lo hicieron otros como Alicia Hermida y Amparo Baró, que tienen su aparición formal en la historia en el apeadero, y los ya citados Tito Valverde y Alejandra Grepi.
Su última visita a Salamanca, una conferencia en la Casa Lis en enero de 2014
En enero de 2014, José Luis Cuerda realizó su última actividad pública en Salamanca con una conferencia que llevó a cabo en la Casa Lis, para presentar su libro Amanece que no es poco, en el que desgranó secretos y anécdotas del rodaje de su inolvidable película. El también fallecido Juan Antonio Pérez Millán, creador de la Escuela Municipal de Cine de Salamanca y anterior director de la Filmoteca Nacional y Filmoteca de Castilla y León, fue el encargado de presentarle al público y celebrar con él una tertulia.
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