Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo: la separación de bienes se consolida como una de las muestras de amor más puras en Salamanca
El 93,7 por ciento de los matrimonios en la capital del Tormes se han decidido por esta opción, un punto por encima de la media nacional que se sitúa en un 92,3 por ciento

Los matrimonios han ido cambiando a medida que pasan los años. En un pequeño lapso de tiempo, hemos visto cómo los abuelos se casaban poco después de pasar los 20 años, a llegar a casi los 40 años para dar el “sí quiero” en instituciones públicas o en cualquiera de las religiones que se profesan en España en la actualidad.
Y es que a medida que ha aumentado la edad en la que dos personas “unen sus almas”, también ha aumentado el número de personas que optan por la separación de bienes para ahorrarse cualquier mal futuro en caso de que la llama del amor se apague.
Primeramente, tendríamos que hablar del por qué, antes, en España, al casarse todo pertenecía en cierto modo tanto a uno como a otro. Y es que la ley quiso proteger a la mujer en una sociedad en la que había muchas amas de casa, y en caso de divorcio, pudiera tener también un sustento económico y patrimonial para poder realizar su vida en su día a día. Algo “normal” para la época, pero que con el paso de las décadas, ha ido cambiando por cómo se introdujo la mujer en el mundo laboral, en pro de una igualdad efectiva entre ambos géneros.
Lo tuyo para ti y lo mío para mi
Y es que los tiempos cambian, y con ello, se ha pasado también a lo que gana cada cónyuge en una relación. Ahora mismo, ambos miembros de la casa pueden trabajar, ganar dinero y tener sus propios ahorros, algo que 50 años atrás se tornaba imposible por la mentalidad de que la mujer debía estar en casa, trabajando y cuidando a los niños, y el hombre tenía que llevar el pan a casa. Algo que podría chirriar a las personas, que no querían ver esto, pero que queda demostrado, por ejemplo, en los anuncios que se hacían antes, donde en electrodomésticos o utensilios para la casa o la cocina se protagonizaba por mujeres, y los coches, motosierras o herramientas eran protagonizados por hombres.
Sin irnos mucho del tema, los datos han arrojado como se firma cada más la separación de bienes, según los gananciales de cada uno, o dicho de una forma más coloquial “lo tuyo para ti y lo mío para mi”.
Según ha recogido el Consejo General del Notariado por el Día de la Familia, en Salamanca, el pasado año se casaron 78 parejas, de las cuales una gran mayoría firmaron la separación de bienes para evitar, como decíamos antes, futuros problemas.
Hablando en porcentajes sobre esto último, en Castilla y León un 93,7 por ciento firmaron este tipo de contratos matrimoniales, que pasado a números serían 73 personas, siendo únicamente 5 de ellas las que no lo hicieron. Un incremento que se tendría que ver desde 2019, debido a que la pandemia pausó muchos matrimonios de 2020 a 2022, algo lógico por el gran desembolso económico que supone un casamiento.
Según ha comentado Leopoldo Martínez de Salinas, decano del Colegio Notarial de Castilla y León, ahora mismo también existe la libertad de pacto, cada uno de los integrantes de un matrimonio pueden firmar los contratos que deseen de cara a tener cada uno lo que es suyo, lo que han ganado con su propio esfuerzo y sudor.
¿Separación absoluta o comunidad absoluta?
Aquí habría que distinguir dos términos posibles a la hora de que dos personas se casen. Por un lado, la comunidad absoluta, y por otro lado, la separación absoluta.
En el caso de la primera, según dicta la Real Academia Española de la Lengua, es la “modalidad de régimen económico matrimonial en la que todos los bienes aportados al matrimonio por los contrayentes o adquiridos durante el mismo, pertenecen al patrimonio conyugal y se dividirán por mitad al disolverse el matrimonio”, es decir, una opción diferente a lo que significa la separación de bienes como concepto que se tiene en la sociedad.
En el caso de la segunda, sería el “régimen económico matrimonial en el que pertenecen a cada cónyuge los bienes que tuviese en el momento inicial del mismo y los que después adquiera por cualquier título”, es decir, y cómo decíamos antes, lo que cada uno se genere, para él mismo queda.
Y es que la separación de bienes, como tal, y como recoge la propia ley en España, tiene que ver con lo posterior al momento del ‘sí quiero’, es decir, todo lo anterior queda para el que lo ganó. Al fin y al cabo, dentro de los contratos que se pueden firmar en un casamiento, también existe el de estas dos modalidades mencionadas anteriormente que se tendrían que firmar ante notario.
Actualmente, y como es lógico, el concepto de no firmar separación de bienes, porque significa que no quieres estar conmigo toda la vida, queda muy atrás, casi viéndose por el espejo retrovisor de la propia vida. Antes, y con el ritmo de la propia vida, el concepto de amor era diferente y casi cualquier matrimonio aguantaba lo habido y por haber, ahora mismo, y con tantas relaciones cambiantes, que cada uno se quiera quedar lo suyo es lo más normal del mundo, y la muestra de amor más pura.
También te puede interesar
Lo último