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La Unidad de Trastornos Alimentarios celebra su décimo aniversario con unas jornadas

El Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca organizó un complejo programa de dos días dedicados a los trastornos de la alimentación y la Salud Mental, unidos a otras especialidades médicas y al ámbito psicosocial

Jornadas trastornos alimentarios (1)

La Unidadde Trastornos Alimentarios del Servicio de Psiquiatría del Complejo AsistencialUniversitario de Salamanca está de aniversario. Ha cumplido diez años deexistencia y conseguido que en Salamanca se atiendan desde el nivel públicoeste tipo de enfermedades, en forma de unidad multidisciplinar en una alianzapionera.

Por ello, y enmarcado dentro deesta efeméride, este jueves y viernes,12 y 13 de diciembre, importantesespecialistas de todo el país se reunieron en la Facultad de Medicina de laUniversidad de Salamanca para profundizar en este tema, intercambiandoexperiencias, ideas y casos clínicos. Unas jornadas auspiciadas desde elServicio de Psiquiatría, en conjunción con los servicios de Endocrinología yPediatría, que han contado con la asistencia de unos 200 participantes.

El programa trató de abordar lapatología alimentaria a lo largo de la vida en diferentes disciplinas con psiquiatras,psicólogos, endocrinos, cirujanos bariátricos, pediatras, terapeutasocupacionales o enfermeros.

Diez años de la Unidad deTrastornos de la Conducta Alimentaria

La Unidadde Trastornos de la Conducta Alimentaria del Complejo Asistencial Universitariode Salamanca nació en 2008, fruto del enorme esfuerzo y dedicación que desdeaños atrás vinieron haciendo los diferentes colectivos de profesionales,pacientes y familiares. Fue en concreto la ya extinta ASTRA (AsociaciónSalamantina de Trastornos Alimentarios) la que unificó y se puso al frente deesa lucha.

Hasta esa fecha el abordaje delos TCA a nivel público se limitaba a las unidades de referencia general deSalud Mental, Pediatría y Endocrinología y Nutrición, elevando a un plano másespecífico y ante situaciones de mayor gravedad a la URTA de Burgos y la Unidadde Hospitalización Infanto-Juvenil de Valladolid. El resto del abordaje selimitaba al ámbito privado de las consultas o centros privados de tratamiento.

En estos 10 años, desde la UTCA más de 1.500 pacientes se hanabordado desde una perspectiva integral y multidisciplinar. Respecto ala situación actual, Carlos Roncero apuntaba que “en estos momentos estamos enun punto de cierta estabilidad en cuanto a la incidencia y prevalencia y uncambio en los patrones de trastornos. Hace unos años teníamos más pacientes quesufrían anorexias puras, en estos últimos años hay más pacientes que sufrentrastornos mixtos con episodios o trastornos puramente bulímicos o bulimiaspuramente impulsivas que requieren un abordaje con algunas peculiaridades, yaque en ese caso influye más la relación con la comida de una manera exagerada,no tanto restrictiva, y hay que plantear otras alternativas desde el punto devista terapéutico, farmacológico y psicológico”.

Eso sí, Carlos Roncero mandaba un mensajede esperanza: “Los pacientes que reciben tratamiento y en los que se realizauna detección precoz pueden salir y realizar una vida normalizada con controlesa largo plazo”.

Tal ycomo explicaba ante los medios de comunicación, la mayoría de los pacientesfueron mujeres: “Es cierto que en los últimos años se ha detectado unincremento leve de pacientes masculinos, pero siempre tenemos que tenerpresente que la mayor parte de los pacientes son mujeres o niñas o adolescentes”.

Además, apuntaba el dato preocupante de que enla última temporada “estamos haciendo detección de pacientes incluso en edadespediátricas, lo cual es preocupante, porque los niños todavía no handesarrollado su cuerpo y su sistema nervioso central y las consecuencias ysecuelas pueden ser más graves”.

Los casos llegan a menores de entre 10-12 años que yamuestran síntomas claros. El motivo de estos casos tempranos, según explicabael doctor, es que “el mundo está cambiando, la salud está cambiando, tenemosuna manera de comunicarnos totalmente distinta, hay influencia de las redessociales. El paradigma de nuestra sociedad no es el que teníamos hace años, losniños acceden a otras informaciones que antes eran más tardías. Estos factoresinfluyen en que las personas que tienen una vulnerabilidad desde el punto devista médico puedan desarrollar antes la enfermedad”.



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