La posible elección de una educación no presencial no habíasiquiera sido tema de debate hasta la llegada del coronavirus. En cambio,durante el Estado de Alarma, numerosos escolares se han visto obligados afinalizar el curso a través de Internet, por lo que muchas familias, profesorese incluso alumnos se plantean seguir con esta modalidad de cara al siguientecurso.
Varias familias procedentes de toda España, algunas de ellassalamantinas, se han unido para presentar una propuesta de flexibilidadeducativa que permita escoger entre la escuela presencial o a distancia ante laConferencia Sectorial de Educación. Además, ya han tenido varias reuniones condiputados por el PP y el PSOE de la Junta de Castilla y León para tratar elasunto.
La propuesta fue presentada debido al “estupor” que en estasfamilias provoca la importancia que la presencialidad está teniendo en estavuelta a las aulas “a contrarreloj”, “poniendo incluso este principio porencima de la propia seguridad y del impacto psicológico que sobre niños y niñaspuede tener esta vuelta en condiciones tan especiales”.
Gemma Fradejas, secretaria en la asociación ‘Somos Diversos’e integrante en la plataforma ‘Flexibilidad Educativa’, asegura puede ser unimpacto para los niños la vuelta a las aulas sin poder mantener el contactodirecto con sus compañeros. Además, considera la presencialidad un peligro enestos tiempos ya que “los niños tocan todo y luego se llevan las manos a lacara”.
Desde el grupo de familias opinan que se debe aplicar elprincipio de solidaridad, y que sean las propias familias, de acuerdo a susituación, quienes decidan si quieren seguir con la educación a distancia. Deesta forma se conseguiría una disminución de la ratio en las aulas de formanatural y se respetaría la diversidad social y de circunstancias que estasituación ha generado.
Estos padres y madres consideran que “de esta manera seprotege no solo a las familias, sino que, por extensión, también se protege alsistema de salud pública y a toda la sociedad. Y lo más importante, se protegea los niños de una presencialidad basada en un contacto limitado”.
Esta propuesta puede suponer un riesgo para familias con unperfil desestructurado, que podrían elegir el modelo no presencial y endefinitiva, derivar en un posible abandono escolar. Ante esto, Gemma opina que“sería la administración quien debería hacer un seguimiento de los casos,asegurando un correcto seguimiento del curso con diferentes fórmulas”.
A parte de esta propuesta en la que la presencialidadfuera voluntaria, lamenta a través de este medio Gemma que, en caso de queseamos sometidos a un confinamiento otra vez, “no hay nada preparado”.