Esta semana, en nuestras Crónicas Atlantes, nos adentramos en un recorrido verdaderamente especial a la par que desconocido para la mayoría de los mortales. Nos preparamos para realizar lo que los entendidos llamas viaje astral, o lo que viene siendo lo mismo, la capacidad para abandonar nuestro cuerpo para recorrer otros planos del astral, realidad o como queramos llamarlo. Cierto es que hay mucha charlatanería en torno a este asunto, y un buen puñado de libros, que una vez analizados, quedan a la altura de la bosta de vaca. He podido conocer a algunos saltimbanquis de la mentira, que incluso presumen de abanderados de estas cosas del misterio, que me reconocían en conversación informal, que se reía de muchas de las cosas que había escrito en su libro dedicado a esto de los viajes astrales.

Por ello, y para dar luz y dignidad a este tema, he querido recuperar de la fonoteca de mi programa de radio Angulo 13, una intensa e interesante entrevista realizada hace un tiempo a Eliseo H. Bethencourt, amplio conocedor de este vértice de lo insólito.

¿Qué es el viaje astral?

- Tratar de explicar el viaje astral, es tratar de explicar una de las maravillas, de las concesiones que tiene el ser humano, y que han sido cortadas de raíz de la conciencia humana, quizás debido al materialismo, etc. El viaje astral es la capacidad que tiene todo ser humano, de hecho lo hacemos todas las noches, de poder desdoblarse, de poder salir de tu cuerpo, es algo natural, como el respirar. Lo que pasa que no lo hacemos conscientemente. Se ha oído a veces hablar de que decían que uno se levanta por las noches un par de centímetros por encima del cuerpo… realmente el viaje astral, es poder salirte del cuerpo conscientemente, y experimentar algo que no tiene parangón.

¿Es un fenómeno provocado?

- Sí. Hay que aprender y entrenarse mucho. Depende del nivel de consciencia de cada uno, porque el viaje astral no es salir todos al mismo sitio. Ahí depende de cómo seamos nosotros interiormente.

¿Podemos confundir un sueño con un viaje astral?

- Es lo que realmente se hace. La consciencia tiende a explicarlo como un sueño, porque no tenemos conocimiento sobre el viaje astral. Pero el sueño no tiene forma, es algo que va pasando y tú lo vas viendo. Cualquier sueño que haya tenido cualquier persona, en el que haya participado, en el que haya hablado… es un viaje astral. He tenido principios de viajes astrales, me he visto saliendo de mi cuerpo… pero está el tema del miedo, porque en el momento en el que el cuerpo espiritual sale del cuerpo físico, se experimentan una serie de temblores. […] Se desdobla la energía. Es como si dijéramos que estamos metidos uno dentro del otro, y en el momento en que se suelta, y va a salir el otro, se producen unas bioenergías en pocos segundos. El sueño lúcido, es aquel en el que tú entras, y estando dentro de tu sueño te das cuenta que estás soñando. Igual ocurre en el viaje astral, pero con el tiempo, cuando consigues aguantar y seguir en ese sueño, a lo mejor te ves en un paraíso que no existe, y puedes volar… si te das cuenta que estás soñando…te da libertad absoluta para conseguir lo que quieras. El sueño lúcido es la primera fase, son las primeras experiencias que se tienen.

¿Hay gente que puede alcanzar el nivel, como para decir, “voy a viajar” y lo hacen?

- De la noche a la mañana nadie puede conseguirlo. Puede pasar que un día estés en la cama, y de repente te ocurra […]

Supongo que habrá diferentes fases. ¿Se recuerda una vez que vuelves, todo el proceso?

- Lo recuerdas cuando estás preparado, y cuando lo consigues y sales ya consciente. Hay que distinguir lo del sueño lúcido, y lo que te comentaba de los saltos. Con eso lo que haces es que te levantas alterado, el corazón agitado… pero lo que son los viajes astrales, el salir consciente, implica volver ya consciente con todo lo que has hecho. Pero también puedes tener un pequeño viajecito. Es lo que se recomienda de entrada, no alejarse mucho. Porque uno ahí viaja a la velocidad de la consciencia. Donde tú quieras ir vas. Es más rápido que a la velocidad de la luz.

¿Se puede dar el caso de que cuando alguien salga en un viaje astral, y vaya lejos, se puede perder o siempre regresa?

- No te pierdes nunca, el viaje astral no tiene límites, puedes ir a dónde quieras. Pero solo con el deseo de volver a tu cuerpo vuelves. Todo se basa en la consciencia, en las bioenergías. Hay que prepararlas antes del viaje astral, si no puede pasar que te asustes y vuelvas enseguida. Pero si te preparas y vas de aquí a la luna o a cualquier planeta y te sientes mal, el mero deseo de volver a tu cuerpo, te lanza de nuevo a tu cuerpo. No hay por qué tener ningún miedo.

¿Las fases están esquematizadas?

- Eso depende de cómo sea cada persona. Primero tenemos que tener en cuenta que el viaje lo vas a hacer a la zona de tu consciencia, a lo que tú eres como persona. Ahí es donde vas a ir. Por lo tanto si una persona no es buena gente, y hace un viaje astral, no va a ir a ninguna buena zona, va a ir a lo que atrae, a lo que es él. Y las fases son diferentes en cada persona. Lo más normal es estar en un sitio donde no se escuchen ruidos. Echarte en la cama o sofá, procurar toda la concentración y relajación posible. Preparar cualquier técnica de meditación que te pueda ayudar. Fijarse en la respiración.

¿No serviría utilizar una música relajante de fondo?

- Hay gente que llega a hacerlo de forma natural, sin aderezos, solo con relajación. Luego hay una ayuda, la de una música que sincroniza los hemisferios, de un instituto famoso de Virginia, en EEUU, que es el Instituto Monroe, y los temas que ellos llaman Hemi-Sync, y lo que hacen estas músicas, estos sonidos, es procurarte esa meditación, esa tranquilidad. Hay que estar tranquilo, no porque te pongas la música lo vas a conseguir […]

Cuando hablas de dos horas viajando, ¿son dos horas tal y como las conocemos? ¿Se puede estar tanto fuera?

- Se pueden estar hasta días, mientras el cuerpo aguante. Mientras no necesites comer.

- ¿Y si llega alguien e intentar despertarte?

- Es que debes estar en un sitio aislado, con todo apagado. Si no podrías llevarte un gran susto.

¿Te puede afectar a la salud?

- No se recomienda que lo hagan personas con problemas del corazón. Muchas veces la vuelta es un poco brusca, si no lo controlas demasiado. Podría ser un poco desagradable, provocarte una taquicardia. Es como si te pegaran un chillido a las 3 de la mañana mientras estás durmiendo. Pero ese sería el único problema. Después está el cordón de plata, el enlace de energía que queda con tu cuerpo. Eso no se puede cortar. No se pierde nunca por muy lejos que vayas.

¿Te pueden matar en un viaje astral?

- No se puede. Lo más que te puede pasar es que vuelvas automáticamente al cuerpo. Yo he tenido flashes, aparte de verme despegar de mi cuerpo. En ese momento tuve un ataque de pánico, y entonces volví de golpe. El cordón de plata no se rompe, es energía pura. Solo se corta al morir, pero puede estar aún dos o tres días después de morir. Es una fase de paso al astral, que es donde vas cuando te mueres. Para el astral la muerte no existe, es la fase siguiente.

¿Se puede facultar el astral a través de hierbas, como la famosa ayahuasca?

- Eso sería negativo, porque las drogas lo único que hacen es que puedan pasar al astral, pero a un bajo astral. Todo tipo de drogas te llevan al bajo del astral, a la zona de la consciencia a la que no debemos de ir. No es conveniente.

Imagina que estamos a un nivel parecido, ¿podemos ponernos de acuerdo para viajar juntos?

- Sí, se puede hacer. De hecho se hace en los institutos que están preparados para esto. El profesor sale primero al astral, y luego el resto de alumnos van detrás, paulatinamente. Pero luego, dependiendo del grado de consciencia de cada uno, pueden recordar cada uno ciertas partes. Se puede experimentar, se pueden recrear vidas, es muy interesante e impresionante lo que se puede conseguir con un viaje astral. 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído