Un civil siempre se encuentra como un pez fuera del agua cuando asiste a un acto castrense. La liturgia, el respeto, las formas inmaculadas, la mesura y el orden sorprende a aquel que, por norma, se encuentra subsumido en una cotidianidad informal, lejos de todos esos detalles que caracterizan al régimen militar.
Sin embargo, todos esos pequeños detalles, excesivos a ojos de un pagano en cuestiones de orden, tienen su por qué, dan buena cuenta de una forma de vida, de un compromiso, de uno de los mandatos más sagrados y sacrificados que una persona puede adquirir: dar todo, incluso la vida, por la patria y sus ciudadanos.
Esto es lo que se ha vivido pasado el mediodía de este jueves en la Residencia Logística Militar Julián Sánchez “El Charro”, enclave donde ha tenido lugar la celebración del Día de la Subdelegación de Defensa en Salamanca. El acto, preñado de respeto, tiene por finalidad “conmemorar el aniversario de la creación de la institución, el reconocimiento a la figura del reservista, así como otras acciones, que son características de una celebración castrense y que confieren tradición, solemnidad y realce”.
Dado que el pasado curso no se pudo celebrar el que sería el 25 aniversario de la institución a consecuencia de las restricciones asociadas a la pandemia del coronavirus, este año se ha querido potenciar esta efeméride con “una actividad que contribuya a la cultura de Defensa en la sociedad salmantina”.
El acto ha comenzado con el tradicional izado de Bandera, para continuar con la lectura del Decreto de creación de la Subdelegación y proseguir con la imposición de condecoraciones y entrega de diplomas.
La capitana María García ha recibido la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco; el teniente José Manuel de Arriba ha sido condecorado con la Medalla al Servicio de la Política Europea de Seguridad y defensa; y se han otorgado tres diplomas de ascenso: Julio Alberto Ceballo ha recibido el cargo de teniente reservista voluntario, mientras que Valentín Corchero y Francisco Hernández han sido ascendidos a sargento reservista voluntario. Asimismo, el coronel José María Gibert recibió un recuerdo por sus más de 11 años de servicio a la Subdelegación como jefe de órgano de apoyo.
El acto se cerró con la alocución del subdelegado de Defensa y el recuerdo a los que dieron su vida por España con una corona de flores y el sonido de “La muerte no es el final”.
Durante la tarde se celebrará un concierto de música en honor a la festividad de la institución.
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