Tal y como publica el portal xatakaciencia, la dieta del agua con limón promete activar nuestro metabolismo, modificar nuestro pH, limpiar nuestras toxinas y mejorar enormemente la velocidad con la que vamos a perder peso. ¿Por qué? Ahí está el quid de la cuestión.

Sin embargo, la falta de explicación no ha frenado ni un ápice el que esta nueva moda se haya inflamado como la pólvora, extendiéndose por Internet a una velocidad vertiginosa. ¿Pero, qué hay detrás de ella?

Probablemente, la primera dieta que popularizó la limonada (el agua con limón) como agente principal fue la conocida como Master cleanse, una dieta que sustituye todos los alimentos sólidos por té y agua con limón, sirope de arce y cayena. A partir de esta dieta, que fue vista por primera vez en 1976, en The Master Cleanser, de Stanley Burroughs.

Ya en tiempos más modernos, varios autores, ninguno dietista/nutricionista, por cierto, han rescatado esta "dieta" con modificaciones y afirmaciones completamente infundadas al respecto. Actualmente, la mayoría de "beneficios" recogidos en las oscuras salas de Internet aseguran que "un vaso de agua con limón en ayunas ayuda a activar el metabolismo", que "la sangre alcalina es buena para eliminar toxinas (sic)" o que "los nutrientes aportados por el cítrico son beneficiosos para el organismo".

De estas tres, escogidas de manera general ya que resumen los todopoderosos beneficios atribuidos a la limonada casi por completo, solo la primera habla de la cuestión con la que comenzábamos: perder peso. La dieta, en concreto, como explicábamos, sustituye todos los alimentos por esta bebida durante, al menos 10 días seguidos, junto con el té y agua con sal, convirtiéndose en una dieta hiperrestrictiva, hipocalórica extrema y, en definitiva, terriblemente peligrosa.

Si dejamos de comer y solo bebemos limonada, no hace falta hacer ningún estudio para entender que en apenas una semana perderemos peso. La cuestión es a qué precio. La dieta del agua con limón es una de las dietas milagrosas de manual. Promete una pérdida rápida, sin apenas esfuerzo. A cambio, lo que obtendremos a largo plazo es un terrible efecto rebote eso si no sufrimos otros efectos secundarios.

Por ejemplo: fatiga, náuseas, mareos, pérdida de masa muscular y un mayor riesgo de ataque cardíaco. Si se vuelve un hábito consistente, la dieta del agua con limón puede terminar por producirnos una malnutrición importante ya que la limonada, prácticamente, no nos aporta casi nada aparte de algunas pocas sales minerales (y sodio y potasio en exceso), azúcares libres, algo de vitamina C y otros antioxidantes en cantidades ridículas.

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