Un reciente estudio de la Universidad Hallym ha arrojado luz sobre una preocupante conexión entre el síndrome metabólico y un mayor riesgo de demencia de inicio precoz. La investigación, publicada en la prestigiosa revista 'Neurology' de la Academia Estadounidense de Neurología, sugiere que tener una cintura más ancha, hipertensión arterial y otros factores de riesgo que definen el síndrome metabólico podrían estar vinculados a un desarrollo más temprano de la demencia.
El síndrome metabólico se caracteriza por la acumulación de grasa abdominal junto con dos o más de los siguientes factores de riesgo: presión arterial elevada, niveles altos de azúcar en sangre, triglicéridos por encima de lo normal y niveles bajos de colesterol HDL, conocido como colesterol "bueno".
El doctor Minwoo Lee, autor principal del estudio e investigador del Hospital Sagrado Corazón de la Universidad Hallym, subraya la importancia de estos hallazgos: "Si bien la demencia se diagnostica principalmente en la edad avanzada, la demencia de inicio temprano impacta a personas en plena vida laboral y familiar. Nuestro estudio revela que padecer síndrome metabólico en la mediana edad emerge como un factor de riesgo significativo para esta forma temprana de demencia".
Para llevar a cabo la investigación, el equipo analizó datos del seguro médico nacional de Corea del Sur, identificando a casi dos millones de individuos entre 40 y 60 años que se habían sometido a chequeos médicos exhaustivos. Estos chequeos incluían mediciones clave como la circunferencia de la cintura, la presión arterial, la glucemia, los triglicéridos y los niveles de colesterol. Un 25% de los participantes cumplía con los criterios para el síndrome metabólico.
Durante un seguimiento promedio de ocho años, se diagnosticaron 8.921 casos de demencia, lo que representa un 0,45% del total de participantes. Sin embargo, la incidencia fue notablemente mayor en el grupo con síndrome metabólico, registrando 0,86 casos por cada 1.000 personas-año, en comparación con los 0,49 casos en aquellos sin el síndrome.
Tras ajustar los datos por factores como la edad, el nivel educativo y otras condiciones de salud como la actividad física, la depresión y los accidentes cerebrovasculares, los investigadores encontraron que el síndrome metabólico se asociaba con un incremento del 24% en el riesgo de desarrollar demencia. Al analizar tipos específicos de demencia, la asociación se mantuvo, con un aumento del 12% en el riesgo de enfermedad de Alzheimer y un 21% en el riesgo de demencia vascular.
Un hallazgo particularmente interesante fue la diferencia observada entre sexos. Las mujeres con síndrome metabólico presentaron un riesgo un 34% mayor de demencia en comparación con los hombres, cuyo riesgo se incrementó en un 15%. Además, las personas en la cuarentena mostraron un riesgo más elevado que aquellas en la cincuentena.
La investigación también reveló un efecto acumulativo: cada componente adicional del síndrome metabólico aumentaba el riesgo de demencia. Aquellos que presentaban los cinco componentes del síndrome metabólico tenían un asombroso 70% más de riesgo de desarrollar demencia.
Ante estos resultados, el doctor Lee enfatiza el potencial de las modificaciones en el estilo de vida: "Nuestros hallazgos sugieren que adoptar hábitos saludables como una dieta equilibrada, ejercicio regular, mantenimiento de un peso adecuado, abandono del tabaco y reducción del estrés podrían ser estrategias clave para disminuir el riesgo de demencia de inicio temprano".
A pesar de la solidez de los hallazgos, los investigadores reconocen una limitación importante: no se analizaron los factores de riesgo genéticos asociados a la enfermedad de Alzheimer. Por ello, el doctor Lee aboga por futuras investigaciones que realicen un seguimiento a los participantes durante períodos más prolongados y utilicen técnicas de neuroimagen para identificar biomarcadores de demencia, con el fin de confirmar y ampliar estos importantes descubrimientos.
Aunque el estudio establece una asociación y no una causa-efecto directa, sus implicaciones son significativas para la salud pública, resaltando la importancia de la prevención y el manejo del síndrome metabólico desde la mediana edad para potencialmente mitigar el riesgo de demencia precoz.
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