Bruselas quiere que para 2030 el 50% de las compras de armamento sean europeas y conjuntas

Para impulsar esta estrategia, la Comisión Europea movilizará 1.500 millones de euros del Fondo Europeo de Defensa las compras conjuntas, dando a la industria armamentística europea la claridad y predictibilidad en los pedidos que demanda para elevar su producción a largo plazo

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Varios civiles, con fusiles de asalto, durante un entrenamiento en Ucrania. Foto Alejandro Martínez Vélez | EP
Varios civiles, con fusiles de asalto, durante un entrenamiento en Ucrania. Foto Alejandro Martínez Vélez | EP

La Comisión Europea ha presentado este martes su estrategia industrial de Defensa con la que quiere cambiar el paradigma europeo para contar con una economía preparada para la guerra y promover su sector militar a través de compras conjuntas, con el objetivo para 2030 de que el 50% de las adquisiciones de los 27 sean de equipos europeos y el 40% de las compras sean conjuntas, pese a que no pone sobre la mesa nuevos fondos y se buscará movilizar partidas de cohesión o usar los beneficios generados por los bienes rusos.

Después de que la guerra en Ucrania haya dejado claras las deficiencias en materia de producción militar, suponiendo una llamada de atención para Europa sobre la necesidad de contar con una industria de Defensa lista para producir a ritmo de economía de guerra la próxima década, Bruselas quiere promover la mejora de la base industrial para producir con los tiempos y en la cantidad necesaria que exige un escenario de seguridad más complejo.

"Independientemente de la dinámica electoral en Estados Unidos tenemos que responsabilizarnos mas de nuestra seguridad, al tiempo que seguimos comprometidos con la OTAN. Creo que Europa está lista para dar un paso adelante. Haciéndolo los Estados miembros invertirán en innovación y creación de empleo", ha defendido la vicepresidenta responsable de Competencia, Margrethe Vestager, durante la presentación.

Mientras, el Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, ha hecho el paralelismo con la política militar de Estados Unidos al señalar que Europa "no tiene un Pentágono", que unifique la demanda, por lo que los Estados miembros "tienen que cooperar más y coordinar mejor su reacción". "La fragmentación tiene que superarse con cooperación", ha abogado.

En Bruselas piensan que la industria europea tiene el potencial de producir al mismo nivel que la estadounidense, la gran beneficiada del auge del sector militar tras la invasión rusa con el 63% de los pedidos de países europeos.

"En aras de la ambición compartida que encarna esta estrategia, los Estados miembros deberían invertir la tendencia actual y llevar gradualmente su nivel de adquisiciones en el sector europeo previo a antes de la guerra, y aumentarlo en la medida de lo posible. Se invita a los Estados miembro a que avancen de forma constante hacia la adquisición de al menos el 50% en la UE para 2030 y el 60% para 2035", recoge la comunicación de la Comisión, asegurando que llegar a estos objetivos "aumentará de forma tangible la la resistencia de la Unión y la seguridad de los ciudadanos".

Sin nuevos fondos pero la opción de usar bienes rusos congelados 

Para impulsar esta estrategia, la Comisión Europea movilizará 1.500 millones de euros del Fondo Europeo de Defensa las compras conjuntas, dando a la industria armamentística europea la claridad y predictibilidad en los pedidos que demanda para elevar su producción a largo plazo. Esto viene acompañado asimismo de un marco legal para conseguir agilizar las compras y fijar una prioridad para pedidos europeos en tiempos de crisis.

En todo caso, la estrategia no cuenta con nueva dotación y Bruselas prevé solo los fondos previstos en la revisión del presupuesto comunitario para el Fondo Europeo de Defensa con el que busca coordinar y aumentar la inversión de los Estados miembros en cuestiones de Defensa. Al tratarse de un plan con vocación de futuro, en Bruselas abren la puerta a canalizar fondos previstos para política de Cohesión, al entender que hay muchas actividades financiadas por la UE que pueden ser relevantes para la industria militar.

Igualmente, sobrevuela la opción de usar los beneficios que generan los bienes rusos congelados en la UE desde el estallido de la guerra, un escenario que ya ha defendido públicamente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Este mismo martes, Borrell ha mostrado su apoyo asegurando que si la UE ha acordado usar bienes congelados a Rusia para la reconstrucción de Ucrania "debe también poder utilizarlos para evitar su destrucción", aunque ha reconocido que todavía queda pendiente la unanimidad de los 27.

Respecto a las críticas por falta de fondos, el jefe de la diplomacia europea ha recalcado que no se trata de sustituir el gasto militar de los Estados miembro que invirtieron 58.000 millones en equipos militares en 2023. "El comprador seguirá siendo el usuario que son los Ejércitos que son de los Estados. Queremos incentivar la capacidad de producción, pero no convertirnos en clientes", ha asegurado.

La propia Vestager ha reconocido que 1.500 millones de euros no es una gran cantidad pero ha defendido que estos fondos funcionarán como incentivo o "bonus" para que las partidas de los Estados miembros en Defensa "se gasten mejor y se gasten más en Europa".

"Con una guerra en nuestras fronteras, ¿Si no es ahora cuando es el momento de hacer una gran inversión en la industria de la Defensa?", ha instado la comisaria danesa. Actualmente, los 27 realizan solo un 18% de su gasto en compras militares conjuntas pese a que la Agencia Europea de la Defensa fijó la meta de llegar al 35%.

Junta industrial para coordinar las compras 

Para ello, Bruselas creará una Junta de Preparación Industrial para la Defensa que reunirá a Estados miembros, el Alto Representante de la UE y la Comisión Europea para pilotar todo el proceso de adquisiciones conjuntas de Defensa de la UE.

En su rol de coordinadora y tras recibir las licitaciones y ofertas de los Estados miembros en compras conjuntas, la Comisión pondrá en contacto a los fabricantes de productos de Defensa pertinentes con los Estados miembro y países asociados, así como, en su caso, con Ucrania, en otro método para agilizar las compras.

En concreto, el nuevo programa de compras conjuntas establecerá un marco voluntario para que incentivar la coordinación entre tres Estados miembros o más para desarrollar conjuntamente, adquirir, utilizar y mantener conjuntamente equipos de Defensa. La idea es simplificar las reglas de compras conjuntas y favorecer el acceso a fondos europeos además de contar con incentivos como la exención del IVA si el material adquirido es de propiedad compartida.

Los acuerdos pueden incluir un mecanismo de pago anticipado para la producción de dichos productos a cambio del derecho al resultado, una modalidad con la que la UE quiere hacer más atractivos sus pedidos a la industria de la Defensa.

Siguiendo el ejemplo de la producción masiva de vacunas durante la crisis del coronavirus, el Ejecutivo comunitario pone sobre la mesa un marco legal que permitirá elevar la producción o desescalar, según el escenario de seguridad. En palabras de una fuente comunitaria, el desafío en Ucrania requiere que la industria de Defensa "también cambie un poco y no espere a conseguir contratos antes de empezar a producir". "Es necesario que asuman más riesgos y para ello, les acompañaremos. Les ayudaremos a asumir más riesgos", ha explicado sobre el cambio en la lógica industrial que persigue la Comisión Europea con este plan.

Asimismo, recalcan que con un mayor trabajo de cooperación entre Estados miembros se puede generar una "liquidez de mercado" ante la falta de transparencia y claridad en la industria europea. Así se introducirá un mecanismo de ventas militares, que funcionará como una suerte de catálogo, para aumentar la conciencia sobre el material disponible y facilitar su adquisición.

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