Desde que se comenzaron a tener constancia de los primeros casos del nuevo coronavirus, allá por el mes de enero -si bien las últimas informaciones explican que el mismo podría haberse comenzado a propagar a partir de noviembre-, investigadores de todo el mundo empezaron a centrar sus esfuerzos en encontrar una vacuna para el virus. Esfuerzos que se redoblaron cuando el Covid-19 pasó a ser una enfermedad pandémica.
Aunque el proceso de creación de una vacuna suele durar entre tres y cuatro años, el gran trabajo que se está desarrollando en todo el mundo hace que la esperanza esté depositada en encontrar una cura en los próximos meses para tratar de recuperar una normalidad que parece más que lejana.
Por el momento, poco a poco parece que se van acortando los plazos lo máximo posible y ya se está pasando a la fase experimental con humanos. Si China anunciaba el pasado 17 de marzo que había comenzado a probar una vacuna en personas, ahora es la Universidad de Oxford la que dará el mismo paso.
Según informa eldiario.es, investigadores de la prestigiosa universidad británicas, auspiciados por el Gobierno del Reino Unido, han desarrollado una vacuna en menos de tres meses con una versión debilitada de un virus del resfriado común (conocido como adenovirus) de chimpancés que se ha modificado para que no pueda crecer en humanos.
El equipo ha sido liderado por Sarah Gilbert, profesora de vacunología del Instituto Jenner, quien ha declarado tener un “alto grado de confianza en la vacuna”. Por el momento, va a ser probada en 800 personas que servirán como muestra de si es realmente efectiva y evita el contagio contra el coronavirus o si, por el contrario, los esfuerzos han sido en vano.
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