La CNSE activa un protocolo para frenar los delitos de odio contra personas sordas

Para frenar estas agresiones, el protocolo apuesta por la prevención como clave: formación en lengua de signos para cuerpos policiales, personal judicial y servicios públicos, y campañas de sensibilización dirigidas especialmente a centros educativos, donde también se registran casos de acoso por motivos lingüísticos

Niños. Foto de archivo
Niños. Foto de archivo

La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) ha puesto en marcha un protocolo pionero para hacer frente a un fenómeno que, según alertan, sigue creciendo en silencio: los delitos de odio contra personas sordas. Agresiones, discriminaciones y situaciones de vulnerabilidad que, en muchas ocasiones, ni siquiera llegan a registrarse por falta de accesibilidad o por miedo por parte de las víctimas a no ser comprendidas.

“Es prioritario visibilizar, prevenir y actuar frente a las agresiones y discriminaciones que sufrimos las personas sordas”, ha advertido el presidente de la CNSE, Roberto Suárez, señalando que el uso de la lengua de signos continúa siendo un motivo de acoso en numerosos entornos.

Un protocolo para no dejar a la víctima sola

El documento, que ha sido correspondientemente revisado por la Unidad de Derechos Humanos e Igualdad de la Guardia Civil, recoge una serie de pautas de actuación de cara a los momentos más críticos: desde la detección de un posible delito hasta la denuncia y el acompañamiento posterior. Su objetivo es evitar la revictimización, un problema recurrente cuando las víctimas encuentran barreras para comunicarse en comisarías, juzgados o servicios sanitarios.

La infradenuncia: el agujero negro del delito

La organización advierte de que, en la mayoría de estos casos, las víctimas nunca llegan a denunciar.

Una de las problemáticas principales reside en que algunas víctimas desisten, ya que , o no encuentran intérpretes en lengua de signos, o el sistema les genera desconfianza. Por ello, el nuevo protocolo intenta revertir esta situación garantizando accesibilidad y una actuación homogénea de policías, servicios sociales y personal sanitario.

Formación urgente para quienes deben proteger

Para frenar estas agresiones, el protocolo apuesta por la prevención como clave: formación en lengua de signos para cuerpos policiales, personal judicial y servicios públicos, y campañas de sensibilización dirigidas especialmente a centros educativos, donde también se registran casos de acoso por motivos lingüísticos.

La CNSE mantiene además un convenio con la Guardia Civil para incorporar contenidos específicos sobre comunidad sorda en la formación de los agentes que atienden este tipo de delitos.

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