Condenada a 21 años de cárcel por asesinar a su marido, Raimundo Medrano, el número 2 de 'El Lute', en Zaragoza

Su hermana María Isabel, acusada de cómplice del delito de asesinato, ha sido absuelta al haberse retirado la acusación por el Ministerio Fiscal.

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Condenada a 21 años de cárcel por asesinar a su marido, Raimundo Medrano, el número 2 de 'El Lute', en Zaragoza
Condenada a 21 años de cárcel por asesinar a su marido, Raimundo Medrano, el número 2 de 'El Lute', en Zaragoza

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a María del Carmen Villa Fernández a 21 años de prisión por el asesinato de su marido Raimundo Medrano, ocurrido el 5 de enero de 2015 en Calatayud. Medrano, al que se le conocía con el alias de 'El Quinqui', fue la mano derecha de Eleuterio Sánchez 'El Lute'.

Un jurado declaró culpable a María del Carmen el pasado 23 de enero. La sentencia estima que es autora de un delito de asesinato, con la concurrencia de la circunstancia agravante de parentesco, a la pena de veinte años y un día de prisión, y como autora de un delito de tenencia ilícita de armas, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de un año de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y al pago de las costas procesales.

Su hermana María Isabel, acusada de cómplice del delito de asesinato, ha sido absuelta al haberse retirado la acusación por el Ministerio Fiscal.

Raimundo y María del Carmen vivían en una casa cueva en Calatayud. Él estaba casi ciego, lo que la hacía altamente dependiente. En la noche del 4 al 5 de enero de 2015, la mujer apuntó con una pistola semiautomática marca Astra a la cabeza de su marido, que estaba en la cama, y efectuó un disparo a quemarropa", de derecha a izquierda, de arroba a abajo y de atrás a adelante, que le causó la muerte de forma instantánea, según consta en los hechos probados de la sentencia.

Raimundo no tuvo posibilidad de defenderse del ataque, bien porque estaba dormido, bien porque no le pudo ver, por ser prácticamente ciego, o bien por lo sorpresivo del ataque.

La pistola estaba escondida en la cocina de la vivienda, bajo una capa de escayola que tuvo que romper la acusada, quien sabía, al igual que Raimundo que allí había un arma.

Sobre las 9.25 horas, María del Carmen compró una garrafa de gasolina en una estación de servicio indicando al vendedor que era para un generador.

La acusada tras matar a su marido, "con su única fuerza o con la ayuda de otra u otras personas no identificadas, arrastró el cadáver con la ropa de cama desde el dormitorio hasta el patio de la vivienda y allí roció su cuerpo con la gasolina y le prendió fuego", señalan los hechos probados. Ante la humareda del fuego, María del Carmen decidió apagarlo con agua, quedando el cadáver con olor a gasolina, mojado y con quemaduras superficiales. Ese mismo día, la mujer envolvió el cuerpo de su marido con ropa de cama, además de plásticos y precintos de embalar adquiridos en una ferretería.

María del Carmen, acompañada por una de sus hijas, se personó al día siguiente, día 6 de enero, ante la Policía de Calatayud para denunciar la desaparición de Raimundo.

El día 7 de enero de 2015 se recibó una llamada de teléfono (···) en la Sala Operativa de la Comisaria Local de Calatayud en la que una voz femenina, que era la de Pilar, hija de Carmen, decía: "Mama, pero ¿qué has hecho?" y, seguidamente, se recibió otra llamada del mismo teléfono que dice "Mi madre lo ha matado".

La Policía se personó en el domicilio de María del Carmen para detenerla. Ella manifestó de forma espontánea que había matado a su marido con una pistola y que había intentado quemar el cuerpo en el patio de la vivienda. Además, acompañó a los agentes al lugar donde se encontraba la pistola, en la cocina sobre un poyete de la chimenea, así como al lugar donde había dejado el cuerpo sin vida de Raimundo, un leñero que comunicaba con el dormitorio.

Tanto en la declaración prestada en la Comisaría de Calatayud, asistida de abogado e informada de sus derechos, y, después, ante los Juzgados de Instrucción de Calatayud, en las dos primeras declaraciones prestadas ante el juez, reconoció que había matado a su marido disparándole con una pistola.

Si embargo, el 3 de julio de 2015, en declaración prestada ante el Juzgado de Calatayud, la acusada no se ratificó en sus anteriores declaraciones y manifestó que ella no mató a su marido, pero también indicó que se lo encontró muerto, que pensó que se había podido quitar él mismo la vida, ante la vergüenza de que ella hubiera podido contar a su hijo Emilio la mala vida que le había dado en los últimos 39 años, que no sabía por qué no había llamado a la Policía y que fue a comprar gasolina porque tenía intención de matar a su marido.

Contra la sentencia se puede interponer recurso de apelación
ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón dentro del plazo de diez días. El tiempo de prisión provisional será abonado al del cumplimiento de la pena.

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