Descubren cómo un microbio intestinal influye en la absorción de calorías, abriendo camino a la nutrición personalizada
Un estudio pionero de la Universidad Estatal de Arizona revela que la producción de metano en el intestino podría explicar por qué cada persona asimila de forma diferente la energía de los alimentos, especialmente en dietas ricas en fibra

La forma en que el cuerpo procesa los alimentos podría depender, en parte, de un actor poco conocido de la microbiota intestinal: los microbios productores de metano. Una reciente investigación de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), publicada en 'The ISME Journal' y que recoge EuropaPress, sugiere que estos microorganismos, llamados metanógenos, influyen directamente en la cantidad de calorías que absorbemos de los alimentos, abriendo la puerta a futuras estrategias de nutrición personalizada.
El estudio encontró que las personas con un microbioma intestinal que produce más metano son especialmente eficientes extrayendo energía de dietas ricas en fibra. Este hallazgo es crucial porque podría explicar por qué, incluso comiendo lo mismo, cada individuo obtiene una cantidad distinta de calorías de los alimentos que llegan al colon.
Los investigadores enfatizan que las dietas ricas en fibra no son las culpables. De hecho, se absorben menos calorías en general con una dieta alta en fibra que con una dieta occidental basada en alimentos procesados. Sin embargo, la variabilidad en la absorción calórica dentro de una dieta rica en fibra está ligada a la producción individual de metano en el intestino.
"Esa diferencia tiene importantes implicaciones para las intervenciones dietéticas. Demuestra que las personas que siguen la misma dieta pueden responder de forma diferente. Parte de ello se debe a la composición de su microbioma intestinal", explica Blake Dirks, autor principal del estudio.
La investigación profundiza en cómo los metanógenos contribuyen a un microbioma más eficiente y a una mayor absorción de energía. Los microbios intestinales fermentan la fibra en ácidos grasos de cadena corta, una fuente de energía para el organismo, produciendo hidrógeno en el proceso. Un exceso de hidrógeno puede frenar esta actividad, pero los metanógenos, al consumir ese hidrógeno, lo transforman en metano. Son los únicos microbios que producen este compuesto.
"El cuerpo humano no produce metano, solo los microbios. Así que sugerimos que puede ser un biomarcador que señale la producción microbiana eficiente de ácidos grasos de cadena corta", comenta Rosy Krajmalnik-Brown, directora del Centro de Biodiseño para la Salud a través de los Microbiomas. Esta interacción microbiana afecta directamente al metabolismo, ya que una mayor producción de metano se asoció con una mayor producción y absorción de ácidos grasos de cadena corta en el intestino.
En el experimento, los participantes siguieron dos dietas: una con más alimentos procesados y poca fibra, y otra rica en alimentos integrales y fibra, ambas con proporciones similares de macronutrientes. Aunque en general se absorbieron menos calorías con la dieta rica en fibra, aquellos con mayor producción de metano en sus intestinos absorbieron más calorías de esa dieta en comparación con quienes producían menos metano.
Esta investigación es un paso fundamental para futuros estudios y tratamientos médicos. "Algo que creo que merecería la pena estudiar es cómo responden otras poblaciones a este tipo de dietas: personas con obesidad, diabetes u otro tipo de estados de salud", sugiere Dirks. El equipo también investigará cómo los metanógenos influyen en dietas específicas para la pérdida de peso.
"Se puede ver lo importante que es que el microbioma esté personalizado", añade Krajmalnik-Brown. "La dieta que diseñamos tan cuidadosamente para mejorar el microbioma para este experimento tuvo efectos diferentes en cada persona, en parte porque los microbiomas de algunas personas producían más metano que otras".
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