Una dieta equilibrada, clave para prevenir el cansancio y mejorar el ánimo

Seguir una dieta equilibrada se posiciona, en numerosos casos, como la primera línea de defensa para prevenir problemas emocionales comunes, incluyendo el cansancio crónico y las fluctuaciones de humor

Archivo: Alimentación. EP
Archivo: Alimentación. EP

La alimentación juega un papel mucho más significativo en el estado de ánimo de lo que a menudo se percibe, según la nutricionista Ingrid Daniele. Ha afirmado que seguir una dieta equilibrada se posiciona, en numerosos casos, como la primera línea de defensa para prevenir problemas emocionales comunes, incluyendo el cansancio crónico y las fluctuaciones de humor. La experta, en declaraciones recogidas por Europa Press, explica que una dieta variada y rica en productos frescos y de temporada, además de optimizar el funcionamiento orgánico, tiene una influencia directa en cómo se siente el individuo, estableciendo un vínculo estrecho entre el estado de ánimo y lo que se consume.

Para mantener un bienestar emocional óptimo, la nutricionista destaca la importancia de ciertos nutrientes clave. En este sentido, el triptófano es fundamental, actuando como la materia prima para la síntesis de serotonina, conocida popularmente como la "hormona de la felicidad". Asimismo, el magnesio contribuye activamente a mitigar la tensión física y mental, mientras que los antioxidantes ofrecen protección celular frente al daño generado por el estrés oxidativo.

Basándose en estas evidencias, Daniele ha recomendado la inclusión de diversos alimentos, tanto de temporada otoñal como de consumo habitual, que ayudan a regular el estado de ánimo.

Entre los productos típicos de la estación, la experta señala la calabaza y el boniato. Estos dos alimentos son ricos en betacarotenos (precursores de la vitamina A), antioxidantes y carbohidratos complejos. Consumidos en preparaciones como cremas o asados, proporcionan energía de manera sostenida, lo que es crucial para evitar las bruscas fluctuaciones en los niveles de glucosa y la fatiga consecuente.

Las uvas y las granadas son otros frutos de otoño destacados. Su alto contenido en polifenoles, resveratrol y vitamina C les confiere propiedades antiinflamatorias y antioxidantes esenciales para mejorar la circulación sanguínea y proteger contra el daño oxidativo. Según Daniele, esta protección favorece una mayor vitalidad y ayuda a prevenir el decaimiento físico y mental, frecuente durante el otoño.

Las setas, otro alimento de temporada, también contribuyen a la síntesis de serotonina. Además, su contenido en vitamina D resulta beneficioso para el sistema inmunológico, especialmente en estos meses donde la exposición solar, fuente natural de esta vitamina, es más limitada.

Junto a estos alimentos de temporada, la especialista recomienda incluir en la dieta diaria opciones cotidianas y altamente beneficiosas. Un puñado de frutos secos, en particular nueces, almendras o avellanas, son una fuente natural de magnesio, ácidos grasos omega 3 y vitamina E. Estos nutrientes intervienen en el buen funcionamiento del sistema nervioso y se asocian con mejoras en la memoria, la concentración y la regulación emocional.

Las legumbres, como lentejas, garbanzos y alubias, son imprescindibles. Destacan por su contenido en triptófano, proteínas vegetales de alta calidad y fibra soluble e insoluble, que promueven la producción de serotonina y un adecuado tránsito intestinal. Este último punto es fundamental para el equilibrio emocional, dada la relevancia del eje intestino-cerebro.

Finalmente, el chocolate negro con un alto contenido de cacao, preferiblemente 70 por ciento o más, aporta flavonoides, magnesio y pequeñas dosis de cafeína. Estos componentes estimulan la producción de endorfinas, hormonas vinculadas a la sensación de placer y bienestar. Daniele sugiere consumir una pequeña porción diaria de unos 10 gramos o añadir cacao puro sin azúcar a desayunos y recetas saludables para obtener estos beneficios.

La directora médica de Sanitas Mayores, Miriam Piqueras, ha reforzado el mensaje al incidir en la mayor importancia que adquiere el consumo de estos nutrientes en las personas mayores. Este colectivo es más sensible a la falta de nutrientes y a los cambios emocionales derivados del estrés oxidativo. Ante esta realidad, Piqueras concluye que la mejor recomendación es una dieta rica en triptófano, magnesio y antioxidantes, combinada con la práctica regular de ejercicio físico y un descanso adecuado, pilares para garantizar un envejecimiento más saludable, activo y equilibrado.

stats