Ejercicio de alta intensidad, clave para combatir el cáncer según un estudio australiano

La actividad física, especialmente el entrenamiento de resistencia o HIIT, puede reducir la proliferación del cáncer entre un 20 y un 30 % gracias al aumento de mioquinas

24 ago 2025 - 15:21
Ejercicio físico
Ejercicio físico

Un estudio de la Universidad Edith Cowan (Australia) ha revelado que una sola sesión de entrenamiento de resistencia o de intervalos de alta intensidad (HIIT) puede aumentar significativamente los niveles de mioquinas, proteínas producidas por los músculos con efectos anticancerígenos, capaces de reducir entre un 20 % y un 30 % la proliferación del cáncer.

La investigación, liderada por el doctorando Francesco Bettariga, se centró en supervivientes de cáncer de mama y midió los niveles de mioquinas antes, inmediatamente después y 30 minutos tras una sesión de ejercicio. Los resultados mostraron que ambos tipos de entrenamiento lograron elevar la producción de estas proteínas, incluso en personas con antecedentes oncológicos, lo que refuerza la eficacia del ejercicio como complemento terapéutico.

El ejercicio como aliado en la lucha contra la inflamación y la recurrencia

Más allá del efecto inmediato, Bettariga también analizó cómo el ejercicio regular y sostenido contribuye a reducir la inflamación, un factor clave en la recurrencia y mortalidad del cáncer, especialmente en el de mama. Su investigación demuestra que mejorar la composición corporal —es decir, reducir la masa grasa y aumentar la masa magra— puede limitar la progresión tumoral, ya que la grasa corporal es fuente de compuestos inflamatorios que promueven la supervivencia y propagación de las células cancerosas.

“El ejercicio contribuye a preservar o desarrollar masa muscular, lo que permite producir mioquinas y regular la inflamación. No se puede obtener el mismo beneficio solo con dieta o pérdida rápida de peso”, explica Bettariga.

Recomiendan integrar el ejercicio en el tratamiento oncológico

Aunque los resultados son prometedores, el investigador subraya que aún es necesario profundizar en el estudio de los efectos a largo plazo de los niveles elevados de mioquina, particularmente en relación con la reaparición del cáncer.

Aun así, Bettariga considera que estos hallazgos ofrecen “una excelente motivación para incorporar el ejercicio físico como parte del tratamiento estándar en oncología”, en línea con las recomendaciones cada vez más extendidas sobre el papel del estilo de vida en la recuperación y prevención del cáncer.

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