El Ejército de Tierra está preparando ya la próxima Misión Antártica en la Base 'Gabriel de Castilla' tras el "éxito" de la edición de 2021, que se ha desarrollado según lo previsto.
El comandante jefe de la Misión Antártica 2021, Ignacio Cardesa, destinado en el Cuartel General de la División Castillejos, con sede en el Acuartelamiento 'Sancho Ramírez' de Huesca, ha indicado, en declaraciones a Europa Press, que "ha sido una misión más corta de lo habitual" y ha sido "intensa". El contingente militar ha llevado a cabo tareas de mantenimiento y ha dado apoyo a los científicos que han realizado experimentos en torno a la base.
Cardesa ha explicado que "el frío es extremo", especialmente durante el invierno polar, y que la base española permanece cerrada siete u ocho meses, de forma que cuando llegan "hay que poner en marcha todas las conducciones, las calefacciones, los grupos electrógenos, los motores de la maquinaria y los vehículos", así como realizar el mantenimiento de "cualquier tipo de instalación que haya en la base".
En su última estancia en el Polo Sur han retirado un vehículo, han cambiado varios contenedores, donde se ubica el personal mientras está allí, en aplicación de un plan de renovación de contenedores.
El Ejército recogió la semana pasada el material del barco que lo ha trasladado a la península y está realizando el mantenimiento, entre cuyas labores destacan las relativas a las comunicaciones, que se llevan a cabo vía satélite y se emplean sobre el terreno. Tras ello, se vuelven a traer a España, donde se comprueba que siguen funcionando y se entregan a los nuevos expedicionarios. Se revisa todo el material, incluidos los trajes de supervivencia, que se reparan.
La labor de los militares en la base, ha abundado el comandante Cardesa, incluye acompañar a los científicos en sus movimientos, tanto a pie como en embarcaciones, que ellos pilotan, aportando seguridad.
COMUNIDAD CIENTÍFICA
Este año se han llevado a cabo investigaciones científicas sobre permafrost --suelo congelado--, vigilancia volcánica --con la Universidad de Cádiz--, meteorología y sobre búsqueda de trazas de metales en las heces de los pingüinos.
Todos los proyectos que se llevan a cabo en la Antártida reciben antes el visto bueno del Comité Polar Español y los resultados se comparten con la comunidad científica internacional, ha continuado Cardesa, quien ha comentado que los veteranos que han visitado la base 'Gabriel de Castilla' en varias ocasiones han advertido de la retirada progresiva de los glaciares.
De hecho, el Tratado Antártico, que regula la presencia humana en el Polo Sur, se fundamenta en que "es un territorio que no tiene dueño y está dedicado a la ciencia, los países van ahí a hacer ciencia", ha indicado Cardesa, quien ha manifestado su "orgullo" porque "España está entre los 10 primeros países en ciencia en la Antártida".
Además, el Ejército hace experimentos relacionados con el frío, como la resistencia de los materiales de la ropa y la reacción en combate en un clima frío, la utilidad de las raciones de comida de combate a bajas temperaturas y también de los sistemas de telecomunicaciones. Este año, el personal ha podido comunicarse con sus familias desde sus propios teléfonos móviles y hay cobertura de internet.
La nueva dotación que emprenderá el viaje al Polo Sur en la próxima campaña "continúa su preparación" con diferentes actividades, como la aclimatación al frío en las montañas de Benasque (Huesca), que es "es una buena zona" para aclimatarse por los materiales necesarios para desenvolverse en el terreno, como piolets y crampones.
Este año ha participado personal de la Agrupación Logística AALOG-41, con base en Zaragoza, la División Castillejos y la Brigada Aragón, y en la próxima campaña se sumarán, desde las unidades de Tierra radicadas en Aragón, un teniente médico y dos responsables de comunicaciones, un capitán y un brigada. En la Misión Antártica solo participa personal voluntario.
Por otra parte, el comandante ha señalado que una de las claves de la misión de este año era que la COVID-19 no entrara en el continente helado y así ha sido. Los participantes se han sometido a una cuarentena de 14 días en Chile antes de subir al barco. "Fuimos una burbuja", ha comentado.
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