No se debe chupar las cabezas de los langostinos ni de las gambas. Así lo recomienda la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. La razón, es la parte que más metal pesado acumula, según informa La Sexta.
"El langostino es un animal muy pequeñito y no es fácil que elimine todo el material pesado que puede llegar a él, como los sulfitos y el cadmio", ha explicado el reportero Quique Morales.
Además, Quique se ha trasladado a Medina del Campo, Valladolid, para visitar un criadero de langostinos situado a 300 kilómetros del mar. Allí comprueba que dependiendo de lo que coman, los langostinos se aparean más o menos.
50 toneladas de langostinos salen cada año de las piscinas de este criadero, cuya calidad ya ha recibido varios premios.
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