La pandemia, como venimos repitiendo en multitud de ocasiones ha afectado a muchos sectores, y tráfico ha sido uno de ellos. Recientemente publicamos una noticia donde la DGT solicitaba que los examinadores optarán a las plazas convocadas.
El motivo era la existente falta de examinadores. Las plazas solicitadas por aquel entonces se ocuparon al completo. Sin embargo, al parecer han sido insuficientes para desatascar las largas listas de espera que han provocado que casi un millón de personas estén esperando todavía hoy su turno para examinarse en nuestro país.
Una espera que perjudica a las autoescuelas, pero principalmente a los futuros conductores porque la demora a la hora de examinarse supone un incremento del bolsillo. Sacarse el carnet de conducir en España ya supone un inversión, pequeña o grande, en función de los ingresos de cada persona. Normalmente obtener el carnet de conducir ronda los 1.400 euros.
La matrícula se puede obtener por unos 200 o 300 euros, dependiendo de cada autoescuela y de cada ciudad. A eso hay que añadirle el dinero del examen psicotécnico y las clases prácticas que en este caso se están disparando más de lo normal, ya que cuanto más tiempo tarden en llamar a un alumno para examinarse, más prácticas de conducción tendrá que dar para no perder el contacto con el coche, y por tanto, eso supone aportar más dinero. Por lo que bien podríamos decir que sacarse el carnet en tiempos de pandemia es un auténtico lujo que no se pueden permitir todos los bolsillos.
Sin embargo, hay una manera de concluir esta situación: contratar más personal para que se aceleren las pruebas diarias y disminuyan así las listas de espera. ¿Lo harán?