La OMS endurece las directrices contra la ablación genital femenina para prohibir que el personal de salud lo lleve a cabo

La directriz subraya la necesidad de informar exhaustivamente a la población sobre los graves riesgos que esta práctica conlleva, tanto a corto como a largo plazo

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Una niña viste con una camiseta de 'Stop mutilación' durante un acto para conmemorar el Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina. Foto Carlos Luján | Europa Press
Una niña viste con una camiseta de 'Stop mutilación' durante un acto para conmemorar el Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina. Foto Carlos Luján | Europa Press

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una nueva y contundente directriz destinada a erradicar la ablación genital femenina (AGF), con un enfoque particular en la alarmante implicación de profesionales sanitarios en esta práctica. El documento incluye medidas concretas como el establecimiento de códigos de conducta para prohibir explícitamente que el personal de salud lleve a cabo la AGF, al tiempo que subraya la necesidad de brindar apoyo integral a las víctimas.

La nueva directriz de la OMS también pone un fuerte énfasis en la capacitación del personal sanitario en la prevención de la AGF. Las cifras revelan una realidad escalofriante: se estima que en 2020, hasta 52 millones de niñas y mujeres fueron sometidas a la mutilación genital por parte de sanitarios, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de todos los casos a nivel global.

"El sector de la salud desempeña un papel esencial en la prevención de la mutilación genital femenina: los profesionales sanitarios deben ser agentes de cambio, no perpetradores de esta práctica nociva, y también deben brindar atención médica de alta calidad a quienes sufren sus efectos", declaró Pascale Allotey, directora de Salud Sexual y Reproductiva e Investigación de la OMS y del Programa Especial de Naciones Unidas para la Reproducción Humana (HRP).

Entre las medidas propuestas, se destaca la importancia de una comunicación sensible para que el personal sanitario pueda rechazar eficazmente las solicitudes de realizar la AGF. Asimismo, la directriz subraya la necesidad de informar exhaustivamente a la población sobre los graves riesgos que esta práctica conlleva, tanto a corto como a largo plazo.

Diversos estudios han demostrado consistentemente el daño causado por las mutilaciones genitales femeninas, independientemente de quién las realice. Incluso, algunas investigaciones sugieren que la participación de profesionales de la salud podría resultar en cortes más profundos y graves. Esta "medicalización" de la AGF también conlleva una legitimación "involuntaria" de la práctica, normalizándola ante las comunidades.

"Las investigaciones demuestran que el personal sanitario puede ser un referente influyente para cambiar la actitud hacia la MGF y desempeñar un papel crucial en su prevención", afirmó Christina Pallitto, científica de la OMS y del HRP, y directora de esta nueva directriz.

En este sentido, Pallitto enfatizó que la participación activa de médicos, enfermeras y parteras es "clave" para prevenir la mutilación genital femenina. No obstante, la directriz también reconoce la vital importancia de ofrecer educación e información a nivel comunitario, implementando actividades de sensibilización que involucren tanto a hombres como a niños. El objetivo es aumentar la conciencia sobre esta práctica dañina, promover los derechos de las niñas y fomentar cambios profundos en las actitudes sociales.

La guía de la OMS también incluye recomendaciones clínicas específicas para garantizar que las supervivientes de la mutilación genital tengan acceso a una atención médica empática y de alta calidad. Estas mujeres a menudo enfrentan una amplia gama de problemas de salud, pudiendo necesitar apoyo para su salud mental, reparaciones quirúrgicas o enfrentar riesgos obstétricos significativos.

La OMS ha insistido en que el compromiso sostenido y el apoyo adecuado son fundamentales para lograr la erradicación de la mutilación genital femenina. Como ejemplos de progreso, la organización ha destacado los casos de Burkina Faso, Sierra Leona y Etiopía, países que han experimentado reducciones notables en la prevalencia de la AGF entre las jóvenes de 15 a 19 años en los últimos 30 años, alcanzando hasta un 50%, 35% y 30% respectivamente, gracias a la acción colectiva y un firme compromiso político.

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