La 'paradoja de la felicidad': intentar ser feliz hace ser más infelices

Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto Scarborough rebela la relación entre la búsqueda desmedida de felicidad y la merma de autocontrol

despertar, rutina, felicidad, energía. EP
despertar, rutina, felicidad, energía. EP

"La búsqueda de la felicidad es un poco como el efecto bola de nieve. Decides intentar sentirte más feliz, pero luego ese esfuerzo merma tu capacidad de hacer el tipo de cosas que te hacen más feliz", explica Sam Maglio, profesor de marketing del Departamento de Gestión de la Universidad de Toronto Scarborough y la Rotman School of Management y coautor de un estudio sobre la felicidad de la Universidad de Toronto Scarborough (Canadá).

En él, ha intentado buscar la explicación a la llamada 'paradoja de la felicidad', la que asegurar que intentar ser más felices hace en realidad personas más infelices. Según las investigaciones de Maglio, intentar ser más felices es tan mentalmente agotador que merma la capacidad de autocontrol y la fuerza de voluntad. Es por esto que se genra una mayor susceptibilidad a la tentación y a tomar tipo de decisiones autodestructivas que conllevan a esta menor felicidad.

"La historia aquí es que la búsqueda de la felicidad cuesta recursos mentales. En lugar de dejarse llevar por la corriente, uno intenta sentirse de otra manera", afirma Maglio, según recoge EuropaPress.

El investigador compara las consecuencias de intentar constantemente ser más feliz con llegar a casa después de un largo día de trabajo: cuanto más agotado se está mentalmente, más tentado se estará también a saltarse la limpieza y, en su lugar, perderse en redes sociales. Apunta también que la inmensa industria de la autoayuda ejerce mucha presión y responsabilidad sobre uno mismo.

En especial, la felicidad es agotadora cuando la gente la tiene en la misma consideración que el dinero: algo inherente que se puede y se debe reunir... y acaparar cuanta más mejor.

La búsqueda de la felicidad y el autocontrol deben competir por la misma fuente finita de energía mental, o eso creen tanto Sam Maglio como su compañero en la investigación, Aekyoung Kim, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Sídney (Australia). Para probar esta relación entre felicidad y autocontrol, realizaron juntos el siguiente experimento.

Monstraron anuncios con la palabra 'felicidad' a parte de un grupo de estudio, buscando desencadenar el fenómeno por el que la gente intenta ser más feliz inmediatamente después de ser testigos de la palabra. El siguiente paso, fue ofrecerle a todos los participantes del grupo un gran cuenco de bombones. Les aseguraron que podían comer todos los que quisieran. Las personas a las que se presentaron los anuncios con la palabra 'felicidad' comieron más chocolatinas que los demás, probando así la relación de esta emoción con el autocontrol.

Pese a todo, Maglio aclara que "la búsqueda de la felicidad no es intrínsecamente inútil". Para él, la felicidad es como la arena de la playa, ya que "puedes aferrarte a un puñado de arena e intentar controlarlo, pero cuanto más lo agarres, más se te acalambrará la mano. Al final, tendrás que soltarla".

Así, su gran recomendación es: "Relájate. No intentes ser superfeliz todo el tiempo. En lugar de intentar conseguir más cosas que quieres, fíjate en lo que ya tienes y acéptalo como algo que te da felicidad".

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído