El resfriado podría protegerte de la Covid-19

Varias investigaciones señalan que algunas personas que nunca han tenido el SARS-CoV-2 disponen de células en su sistema inmune que reconocen el virus

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 Gente con mascarilla
Gente con mascarilla

Después de siete meses, más de 19 millones de casos confirmados y 715.000 fallecidos, la pandemia ligada a la Covid-19 ha provocado una crisis de salud pública sin precedentes. Investigadores de todo el mundo trabajan desde enero para entender mejor la naturaleza del SARS-CoV-2 y prometedores proyectos de vacuna se encuentran ya en fase de desarrollo. Sin embargo, a estas alturas, algunas cuestiones fundamentales siguen sin respuesta. Una de las más importantes tiene que ver con la forma en la que el sistema inmunitario responde ante este nuevo virus y cuánto tiempo podría durar la inmunidad después de pasar la enfermedad, según informa el diario El Mundo

Pero para tener una visión completa no basta con analizar los anticuerpos de los pacientes recuperados, sino entender el comportamiento y eficacia de otras células inmunitarias. Al menos cuatro grupos independientes de investigadores señalan que entre un 20% y un 50% de la población que nunca ha estado expuesta al SARS-CoV-2 tiene un número significativo de células T que pueden reconocer el nuevo virus. Los científicos -procedentes de Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y Singapur-creen que estas células son el resultado de infecciones previas por otros coronavirus o por patógenos similares, incluyendo cuatro tipos de virus que causan resfriados comunes, un diagnóstico que coincide con el de un artículo publicado esta semana en Science.

Las células T forman parte de una segunda oleada que nuestro sistema inmunitario desencadena contra las infecciones. Son defensoras efectoras (responden a un estímulo), selectivas y preprogramadas. Cada una está construida de forma un poco diferente, preparada para atacar a ciertos tipos de patógenos con unas características similares. Algunas células T son asesinas microscópicas, hechas a medida para reconocer y destruir las células infectadas; otras estimulan a otros glóbulos blancos (las llamadas células B) para que produzcan anticuerpos que ataquen al virus. Una vez que se elimina la amenaza, la mayoría de las células efectoras mueren, pero algunas se transforman en células T de memoria y se almacenan en el organismo.

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