Profesores y alumnos de historia y arqueología clasifican, restauran y catalogan piezas del Museo Arqueológico Padre Belda

Coordinados por la arqueóloga albense Verónica Pérez, se está llevando a cabo la tarea de recolocación de las piezas que conformaban el Fondo del Museo en nuevas cajas


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El Museo Arqueológico Padre Belda, situado en el Colegio y Seminario San Jerónimo, está conociendo estos días un ir y venir singular. Un grupo de 12 alumnos y profesores de Historia y Arqueología siguen llevando a cabo la tarea de clasificación de piezas que se encontraban en las sedes del Museo en Venta de Baños (Palencia) y Puente la Reina (Navarra). 

Desde los orígenes del Museo, con una clara vocación didáctica, el padre Ignacio Belda quiso que los otros colegios de la Congregación en España pudieran disfrutar de una parte de su colección. Las piezas, reagrupadas el año pasado, están siendo clasificadas, catalogadas y, en algún caso, restauradas para su almacenaje en el Fondo y la Sala de Estudio, lugares sólo disponibles para el estudio especializado de piezas y oculto a la vista del público que visita el Museo.

Junto a ello, el grupo de alumnos y profesores, coordinado por la arqueóloga albense Verónica Pérez de Dios, también está llevando a cabo la tarea de recolocación de las piezas que conformaban el Fondo del Museo en nuevas cajas, reetiquetando algunas de ellas y acondicionando las piezas más sensibles y frágiles para evitar su deterioro por el tiempo.

Además se han aprovechado las fichas, audios y videos que se realizaron para la Exposición “En el Principio” de julio de 2018 en la Basílica Teresiana, por lo que los visitantes, además de la audioguía con la que contaba el complejo del antiguo Convento jerónimo y el Museo, podrán acceder a otros contenidos que amplían la información a través de códigos bidi fácilmente escaneables con un teléfono móvil.

El fondo museístico ya tiene cerca de 3500

El Fondo del Museo Arqueológico cuenta ya, gracias a la reagrupación que se está llevando a cabo estos años, con cerca de 3500 piezas actualmente, de las cuales se muestra en la exposición temporal un 20% aproximadamente. El resto de piezas, que abarca desde el Paleolítico al siglo XVII, están reservadas para el estudio especializado y, por eso, ocultas al gran público. Junto a estas más de 3500 piezas se encuentra una colección extraordinaria de fósiles y minerales que el padre Belda consideraba una herramienta para sus clases de Historia y Biología. 

Según el padre Ángel Alindado, religioso reparador presente en las tareas que se están llevando a cabo, “llama la atención el interés que siempre manifestó Belda por mostrar cómo el hombre y la Tierra habían evolucionado. Belda se situó, en este aspecto, en la vanguardia de la Iglesia de la época, compaginando su profunda fe con sus convicciones científicas como hicieron otros grandes científicos religiosos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y demostrando así que Fe y Razón pueden ir, deben ir, de la mano. Son perfectamente compatibles, tal y como pudimos disfrutar en la Exposición “En el Principio” que tuvo lugar el año pasado en la Basílica Teresiana y que nos sirvió para dar a conocer, al gran público, esta doble pasión de Belda”.

La arqueóloga Verónica Pérez de Dios subraya la importancia del Fondo del Museo, no sólo por el número de piezas, sino también por el abanico temporal que se puede encontrar en él: “Serían deseables más exposiciones temporales para mostrar las piezas más interesantes del Fondo. No todo se puede mostrar en el Museo. Pero es necesario acercar al público general mucho de lo que Belda hizo y estudió, las colecciones de piezas singulares ligadas a yacimientos muy importantes tanto de España como de Europa y África y que, actualmente, sólo son visibles a ojos de los especialistas, así como la colección de fósiles y minerales, que es extraordinaria”.

Un Campo de trabajo con futuro

El Campo de trabajo que se está llevando a cabo estos días y que terminará el próximo viernes 3 de agosto muestra el potencial del Museo como herramienta complementaria para el estudio especializado, además de la didáctica que siempre tuvo. La mayor parte de la semana los arqueólogos y profesores se han dedicado a la tarea de las piezas líticas y es ahora cuando están empezando a tratar las piezas de cerámica y los metales de la colección. Junto a esta labor, algunas tardes completan su formación con la visita a yacimientos de la comarca.

“Un año más la tarea desborda el tiempo del que disponemos”, manifiesta Verónica Pérez, por lo que seguramente se siga trabajando en el Museo, el próximo verano, con un Campo de trabajo similar que pueda poner al día un Museo, que, tras la restauración de la Iglesia antigua del monasterio jerónimo y su inauguración en 2008, echó a andar cerrando la etapa como Museo Didáctico y convirtiéndose, renovado, en el eje central de la visita al antiguo Monasterio jerónimo de San Leonardo donde se sitúa el Colegio y Seminario San Jerónimo.

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