Con esta medida se pretende fomentar el desarrollo del núcleo urbano, con predominio de la vivienda unifamiliar, proteger los valores tipológicos, ambientales e históricos del casco tradicional propiciando la rehabilitación y regulando las condiciones de sustitución de edificaciones y alcanzar el umbral de población suficiente para poder prestar nuevos servicios y mejorar los existentes.
En el caso del suelo rústico las prioridades pasan por fomentar la creación de un desarrollo agrícola o ganadero capaz de hacer sostenible el desarrollo residencial y equilibrar la estructura social y demográfica del pueblo, proteger las vías pecuarias y yacimientos arqueológicos, ordenar los usos permitidos, autorizables y prohibidos y preservar las zonas con valores paisajísticos y naturales del desarrollo urbanístico.
El acuerdo entrará ya en vigor este miércoles.
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