Béjar y Candelario, unidos por un sendero entre pinos y robles

A través de un reportaje de Europapress se ha recorrido este sendero

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Paseo de Miguel de Unamuno y Jugo en Candelario
Paseo de Miguel de Unamuno y Jugo en Candelario

Las localidades de Béjar y Candelario (Salamanca) ofrecen patrimonio natural y cultural, dos puntos, a las faldas de la montaña, que están próximos y unidos por senderos como el que sale de Béjar, a la altura de la iglesia de Monte Mario, con un sugerente recorrido por entre bosques.

Sobre esta ruta, de unos seis kilómetros, parte del templo de Monte Mario, allí hay un letrero que marca el inicio del camino, con la posibilidad de ir a Candelario o de aproximarse a otros enclaves merecedores de una visita como la Garganta del Oso.

Para ir a Candelario, uno de los pueblos más bonitos de la provincia, el senderista tiene que partir por un pinar e ir ascendiendo, entre la vegetación, en busca de claros más elevados, con vistas que invitan a una parada.

Posteriormente, ya entre robles y algún pasto con presencia del ganado, el caminante se irá acercando a Candelario, no sin antes disfrutar del fluir del agua, que cobra fuerza en época de deshielo.  

Es, a través de la ruta de la Canaleja, como el paseante empieza a contemplar este pictórico y reconocido pueblo salmantino, que, ya en él, invita a perderse por sus calles y disfrutar de su arquitectura tradicional, siempre con la montaña como testigo.

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