Bajo el nombre del grupo de WhatsApp 'Sueño de siempre', Jesús Sánchez Mateos, reunió a los miembros de su familia para conseguir la meta de su vida: volver a su pueblo natal desde Sala de Schönan, la ciudad alemana donde reside desde hace casi seis décadas. Este salamantino nació en Ledrada, pero a los 6 años, sus padres emigraron a Alemania y él comenzó su vida en el país extranjero.
A pesar de la distancia, su vínculo con el municipio de la Sierra de Béjar siempre ha sido muy estrecho, pues es el lugar donde vive su familia y sus amigos. Desde que era pequeño, Jesús ha soñado con unir su pasión por montar en bicicleta, viajar y volver a su hogar, pero declara "que nunca había tenido tiempo". Hasta este año, fecha en la que el salmantino ha conseguido la jubilación y ha decidido que "era el momento perfecto para realizar el viaje de su vida". El 1 de septiembre, salió de su casa a las 8 de la mañana con su mochila llena de herramientas para evitar cualquier avería en su vehículo y se montó en su bicicleta dirección Ledrada. Nada más y nada menos que 1.906 kilómetros de pedaleo, pasando por Francia y Andorra.
Una ruta que Jesús se quiere tomar "con calma", para "disfrutar de cada rincón por el que pase". Por las tardes, para en algún supermercado de la localidad y compra "cualquier cosa" y después de cada jornada, se aloja en un hotel o apartamento. Un recorrido que no está haciendo solo, pues parece que Jesús ha contagiado su espíritu aventurero allá por donde va, y algunos han decidido estar a su lado durante alguna etapa del viaje.
Jesús desea llegar a su pueblo, abrazar a sus seres queridos, darse una ducha y "comer la exquisita tortilla de patatas de mi hermana", ha declarado riendo.
Y aunque su lazo con el municipio salmantino es muy fuerte, tiene claro que no quiere afincarse allí. Desea continuar con sus aventuras y ha declarado que si próximo viaje lo hará dentro de su autocaravana recorriendo la costa del Atlántico.
Por el momento, Jesús continúa su viaje sin prisas, no sabe cuándo llegará pero sabe que le espera una gran tortilla de patatas y su familia con los brazos abiertos.
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