¿Robo de agua en El Bosque de Béjar?

La plataforma ciudadana en defensa de este paraje declarado Bien de Interés Cultural asegura que todos los veranos se produce la misma sustracción en la zona de la regadera

 ¿Robo de agua en El Bosque de Béjar?
¿Robo de agua en El Bosque de Béjar?

La Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar denuncia que cada verano desde 1999 se repite la misma situación, pues "los arrendatarios de varios prados roban descaradamente el agua que debería llegar hasta el Bien de Interés Cultural-Jardín Histórico El Bosque de Béjar sin que sus titulares, Ayuntamiento de Béjar y Junta de Castilla y León, hagan nada por defender el derecho que legalmente les pertenece".

Desde la plataforma se exponen diferentes documentos probatorios, buena parte de ellos localizados en el archivo municipal, que demuestran las condiciones de esa concesión de aguas, "de modo que no quede el menor resquicio de duda de lo que nuestras autoridades se niegan a defender, en perjuicio de la integridad del BIC y en contra de lo estipulado por nuestro ordenamiento legal. Pero el agua también se pierde por otros sumideros debido al mal estado de la propia regadera, una obra que es competencia exclusiva de sus propietarios, las administraciones local y regional".  

Así, añade que queda demostrado que El Bosque tiene derecho al 100% del caudal desde el 11 de agosto hasta el 31 de octubre de cada año y el 50% desde el 1 de noviembre hasta el 10 de agosto, reparto que en todo caso caduca el 11 de octubre de 2063.

Argumentación de la plataforma

La continuidad del derecho de aguas privativo de El Bosque se documenta genéricamente desde 1396 y, ya como villa de recreo, desde la sentencia del 8 de julio de 1576 a favor de la Casa Ducal. Después de esa fecha clave, son numerosas las noticias sobre vigilancia de la regadera, multas impuestas por diferentes duques, concesiones a particulares previo pago de un canon, etc. que se suceden en la etapa de Cipriano Rodríguez Arias como propietario y alcanzan hasta los años ochenta del siglo XX, cuando se inicia un nuevo y definitivo proceso legal que ratificó la vigencia de ese antiguo derecho de aguas dentro del marco jurídico actual. El lector curioso podrá ampliar estos antecedentes en el artículo de José Muñoz Domínguez alojado en http://anteojosparatachantes.blogspot.com.es/.  

Todos los propietarios de la villa de recreo entre 1396 y 1999 han defendido su derecho de aguas mediante la vigilancia de la regadera y las oportunas acciones legales ante los tribunales. Como anécdota, cabe reseñar la denuncia interpuesta en 1950 por Vicente Oliva Rodríguez contra un vecino de Palomares que robaba el agua de la regadera ¡a cubos!  

De mayor alcance fue el recurso de alzada promovido por su hijo, Ignacio Oliva Abreu, contra la resolución de la Dirección General de Obras Hidráulicas de 8 de marzo de 1985 frente a la pretensión de la Comunidad de Regantes de Candelario sobre supuestos derechos de riego, después reconocidos por la Confederación Hidrográfica del Tajo, en 1986, basándose en los antecedentes históricos que documentaban esa posibilidad entre primeros de marzo y el 24 de junio.

El proceso concluyó con la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, del 14 de marzo de 1989, por la que se autorizaba la inscripción en el Registro de Aguas Públicas del derecho de El Bosque a usar del agua de la regadera de la Garganta del Oso (arroyo del Barquillo), no solicitada por su propietario hasta el 9 de abril de 1993, sin más límite que los 120 litros por segundo concedidos durante todo el año, si bien se admitía un uso compartido al 50 % con los propietarios de los Prados Domingos, según consta en el documento (sin duda como servidumbre de acueducto y por razón de parentesco), de tal forma que El Bosque recibiría el 100 % del caudal desde el 11 de agosto hasta el 31 de octubre de cada año y el 50 % desde el 1 de noviembre hasta el 10 de agosto, reparto que en todo caso caducará pasados 75 años, el 11 de octubre de 2063. Así se reconocía en un escrito del 30 de noviembre de 1989 firmado por el presidente de la Confederación Hidrográfica, Manuel Martín Pantoja, y lo ratificaba otro presidente de este mismo Órgano, José Antonio Llanos Blasco, por escrito del 20 de septiembre de 2001 dirigido al Ayuntamiento de Béjar, y que obra en el archivo municipal.  

Finalmente, y al igual que en otros documentos de compraventa o transmisión patrimonial, el convenio entre los propietarios de El Bosque y las administraciones públicas (Ministerio de Cultura, Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Béjar), suscrito en marzo de 1999, recoge explícitamente este derecho de aguas que se documenta desde finales de la Edad Media, y que revertía definitivamente en manos públicas.  

"Ese robo descarado quedó en evidencia gracias a la reciente denuncia del Grupo Cultural San Gil ante los medios, el pasado 28 de julio de 2017, con fotografías que desmentían las afirmaciones del alcalde al mostrar los verdes prados toman ilegalmente unas aguas que deberían llegar hasta El Bosque, llenar sus dos estanques, correr por sus acequias, permitir el riego de prados y jardines, refrescar aquel maltratado oasis y alegrar al visitante. El 7 de agosto de 2017 el agua no llegaba hasta Montemario, pero sí lo hacía al día siguiente", añade la plataforma. 

Y concluye que no son estos prados los únicos puntos donde se pierde el agua, pues a fecha 10 de agosto de 2017, un corto caudal entraba por el portillo situado al sureste de El Bosque, pero desaparecía a unos 50 m del estanque por diferentes sumideros del terreno. "Así pues, hay dos partes responsables de que El Bosque no disponga del agua que tanto necesita: quienes se aprovechan ilícitamente de la regadera y las propias administraciones titulares del BIC, que no han puesto el debido celo en vigilar y denunciar, pero que tampoco hacen nada por reparar esa infraestructura hidráulica esencial para la conservación y el mantenimiento de la villa de recreo", concluye el escrito.  

 

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