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La Boda Típica recupera el recorrido previo de la novia

La Boda Típica recupera el recorrido previo de la novia

La Boda Típica de Candelario, que se celebrará el próximo 9 de agosto, ya va perfilando sus últimos detalles. Una fiesta declarada de Interés Turístico Regional que ha superado los veinticinco años y se afianza cada edición con más implicación de la villa y más participación de turistas.

Veinticinco son precisamente los años que llevan casados quienes este año harán de novios, Pablo Hernández y Maribel Antigüedad. Cuatro años llevan esperando el momento, que llegará con novedades, como la recuperación del recorrido previo de la novia, según informa la asociación Cuesta de la Romana, organizadora del evento.

La celebración comienza con la tradicional pedida de la novia: Los familiares del novio y éste acuden a su casa. La entrega de la cesta es como se conoce popularmente al intercambio de regalos entre los familiares de los contrayentes. El ritual religioso es en domingo. De casa del novio salía la comitiva a casa de los padrinos. De aquí padres y padrinos vuelven a por él, entonces todo el cortejo marchaba a casa de la novia . A su puerta se cantaba para que ésta saliera, y así lo hace tras un ratito de espera. Finalmente se dirigen todos a la Iglesia, el novio del brazo de la madrina y la novia del brazo del padrino.

A la entrada de la Iglesia un mozo llamaba a la puerta. Una de las principales singularidades de esta típica bodas es que es en el pórtico donde se celebraba el ritual canónico del matrimonio e imposición de anillos.

El cura unía las manos de los novios y así subían al altar entre cantos tradicionales, en la actualidad, como mera escena y como el cura suele ser de verdad, la parte real del casamiento suele ser saltada para evitar matrimonios accidentales . Finalmente un mozo del novio junto a una moza de la novia cubrían a los novios con las "velambres" mientras éstos sostenían una vela encendida.

Terminada la ceremonia todo el cortejo se dirigía a la casa donde se celebrará el banquete. Una vez allí, el novio y el padrino saludan a todos quitándose el sombrero, gesto que marcaba el inicio del convite consistente en vino y perrunillas para todos. Después de comer tenía lugar el tálamo. En él se ofrecían objetos y enseres del ajuar. Antes, tras el baile de entreactos o entreviandas, se merendaba con chorizo, jamón , chocolate y agua de azucarillos. Cuenta la tradición que el lunes de bodas se dedicaba a recoger y repartir los enseres traídos el sábado. Para los más allegados había una comida a base de calderillo.

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