El Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca pide respeto hacia la normativa ambiental

Desde el Comité creen que las energías renovables deben de implantarse con el mayor respeto hacia la normativa ambiental y siempre intentando minimizar su impacto en el medio natural

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 Estado de la Presa de Irueña
Estado de la Presa de Irueña

A consecuencia del proyecto de construcción y la explotación de la central hidroeléctrica de la Presa de Irueña, desde el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca, informan que, en la situación de emergencia climática, "la civilización está entrando en un punto de no retorno".

Por ello, desde el comité reecalcan que cualquier instalación de generación de energía "debe de estar sometida a los procedimientos de evaluación ambiental a que nos obliga nuestra pertenencia a la Unión Europea". Recuerdan que el proyecto de la presa de Irueña superó el obstáculo de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), en 1985 con "serias dificultades" y tras sufrir sus redactores "fuertes presiones" para su autorización.

Recuerdan que la DIA fue declarada favorable "in extremis" según el citado documento porque: “ resulta objetivo principal e irrenunciable, la eliminación del riesgo de avenidas sobre Ciudad Rodrigo hasta la garantía de las producidas con período de retorno de 500 años, junto a la seguridad de abastecimiento a determinadas poblaciones y la provisión de un caudal ecológico, aguas debajo de la presa proyectada”. Y todo ello porque, añadía la DIA, las obras: “producirán impactos ambientales significativos sobre determinados hábitats y especies de fauna protegida por la legislación española aún cuando se realizaran medidas correctoras contenidas o no en el E.I.A.” “Reviste un carácter fuertemente negativo –continúa la resolución- la inudación del bosque galería a lo largo de casi veintisiete kilómetros de los cauces de los ríos Águeda y Mayas”.

Quedaba por tanto claramente excluido de la DIA el objetivo de “aprovechamiento hidrológico” inicialmente previsto. Sin embargo, ya iniciadas las obras en 1997, el 28 de junio de 2000, "a traición, sobre la marcha y sin someterse a ningún tipo de información pública o nuevo estudio de impacto ambiental", comentan desde el comité, se aprueba una modificación sustancial del proyecto mediante la que se instalan en el muro elementos una embocadura de agua, válvulas en el interior del paramento y una brida ciega aguas abajo, para poder instalar turbinas en el futuro.

De tal forma, tal y como informa el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca, la Confederación Hidrográfica del Duero consiguió "bordear" la normativa ambiental, "saltándose las condiciones y los objetivos para los que se aprobó la DIA en 1985".

Desde el Comité creen que las energías renovables deben de implantarse con el mayor respeto hacia la normativa ambiental y siempre intentando minimizar su impacto en el medio natural. 

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