El alcalde de Miranda do Douro, Artur Nunes y el de Boada, Matías Garzón, se reunieron este viernes en el Consistorio español para charlar sobre el proyecto de la mina de uranio de Berkeley. En e transcurso de esa charla se puso de manifiesto la preocupación de los vecinos portugueses por las consecuencias negativas que para ellos supone esta iniciativa minera. De hecho, apunta la Plataforma Stop Uranio, que el gas radón que se va a liberar a la atmósfera como consecuencia de las explosiones previstas puede recorrer cientos de kilómetros y afectar negativamente a la población.

Otro motivo de alarma para los portugueses es el procedimiento elegido por Berkeley para concentrar el mineral de uranio, a través de balsas de ácidos. La posibilidad de que se produzcan desastres como el de Aznalcóllar, o el reciente de Minas Gerais en Brasil, supone otro motivo de preocupación, ?más si se tiene en cuenta que el río Duero se encuentra no muy lejano de la explotación minera?. El Duero es para los portugueses su seña de identidad ?y en caso de una contaminación masiva las consecuencias de todo tipo podrían ser dramáticas?.

Artur Nunes también se interesó por los distintos permisos obtenidos por Berkeley para la obtención de uranio en la provincia. Así se informaron de que la empresa minera está haciendo exploraciones al lado de la frontera en municipios como Fuentes de Oñoro o Aldea del Obispo. 

Respecto a la posibilidad de abrir otra explotación minera en Alameda de Gardón, los representantes lusos dudan de que pueda abrirse ya que hay acuerdos entre los dos gobiernos para dar consentimiento a actividades industriales o mineras en la zona fronteriza, ?y el gobierno portugués de izquierdas actual no lo va a consentir?. 

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