Ciudad Rodrigo amaneció este martes contrariado. Por un lado, alegre y expectante por lo que guardaba la programación festiva para este día; por otro, triste al saber que hoy se acaba el Carnaval del Toro y que habrá que esperar otros 365 días para volver a soltar adrenalina delante de los astados o simplemente disfrutar de la fiesta disfrazados y en buena compañía.
Por todo lo anterior, los mirobrigenses no han querido desaprovechar la oportunidad de disfrutar de su fiesta por excelencia. Así las cosas, madrugadores y trasnochadores volvieron a darse cita bien pronto en el coso taurino con la excusa y el permiso del Toro del Aguardiente, que durante más de una hora acompaño a vecinos y forasteros.
De la ganadería de Luis Terrón, dio el juego esperado dese las nueve de la mañana tanto en la plaza, como en la calle Madrid y en el Registro, donde los mozos protagonizaron emocionantes carreras, quiebros y recortes. Incluso los maletillas tuvieron su tiempo. Llevó instantes de verdadero peligro aunque por fortuna no ha habido que lamentar heridos de consideración y el toro se fue apagando poco a poco sumido en el cansancio.
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