La última jornada del carnaval en Ciudad Rodrigo después del festival, capea y desencierro se ha sellado con el tradicional pasacalles donde una estatua naranja en forma de toro ha recorrido la calle Madrid, la plaza del conde, plaza del Buen Alcalde y calle Julián Sánchez para finalizar en la Plaza Mayor, lugar donde astados de diversas ganaderías han pisado el albero desde el pasado viernes y donde mozos, recortadores, maletillas y pastores se han jugado la vida, al igual que el director de lidia Pérez Pinto que ha sido, un año más, un “salvavidas” que ha velado por la seguridad de todo aquel que ha recorrido las calles en los encierros o ha participado en las capeas.
Mismo lugar, donde como homenaje a todos aquellos valientes y apasionados del toro se ha quemado el conocido como “toro de cenizos", con las gargantillas de los mirobrigenses, poniendo el broche a uno de los carnavales más esperados de los últimos tiempos en Ciudad Rodrigo. El gran toro naranja ha sido cargado hasta la plaza en modo procesión por la gente de las peñas del municipio.
Durante el recorrido los asistentes han podido degustar de bebida y pinchos a cargo de las peñas, al igual que de la música de las míticas charangas.
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