Los voluntarios que acudan a la cita, que tendrá su continuidad el 5 de octubre, aplicarán un tratamiento de intemperie de maderas que posteriormente serán instaladas en el paseo peatonal del puente de Los Poyos. Posteriormente, se procederá a la colocación de las maderas, previamente cepilladas, sobre estructuras para su imprimación de pintura con brocha y el traslado para el secado del producto.
El objetivo final de la intervención ciudadana en el viaducto de Los Poyos es el de completar un circuito en un trayecto de 7,5 kilómetros con tres puentes y seis túneles. De esta forma, se posibilita que un tramo de la antigua línea tenga mayor seguridad “y se convierta en un elemento diferenciador que puede provocar el revulsivo necesario para crear un yacimiento de empleo en este desierto demográfico”.
Con esta antigua forma de realizar la tarea conocida como ‘llamada a facendera’ se reparaban bienes comunes por los pobladores de un lugar. Los que no podían asistir a este llamamiento, por salud u ocupación, excusaban su asistencia aportando materiales o comida.
Los voluntarios que acudan no se necesitan experiencia. Tras una explicación inicial se producirá un reparto de tareas junto con la distribución de equipos básicos de seguridad (guantes y gafas).
La actividad se desarrollará en el aparcamiento exterior de la Carpintería Pablos, de Lumbrales desde las 10 de la mañana hasta la conclusión del trabajo, en torno las 17 horas.
La convivencia entre los voluntarios se completará con una comida que ellos mismos aportarán junto a su tiempo de convivencia.