El colegio de la Inmaculada de Armenteros organizó una jornada de puertas abiertas de la mano de sus nuevos responsables con el párroco de Fuenterroble de Salvatierra, Blas Rodríguez, al frente.
El próximo curso comenzarán impartiendo de nuevo clases de educación primaria para ir creciendo posteriormente. El centro se compone de tres colegios independientes en los que se pretende educar en valores y de manera integral durante las 24 horas al día. Así ha sido a lo largo de su historia. No obstante, por sus aulas han pasado hasta 30.000 alumnos durante medio siglo. En Armenteros conviven alumnos con dificultades económicas con aquellos que pueden pagar el coste de educar a cada uno de ellos, cifrado en 10.000 euros.
Blas Rodríguez agradeció la colaboración del Banco de Alimentos y de empresas como Gran Avícola Rodríguez de Alba de Tormes, Dulces Dulca de Peñaranda de Bracamonte y Fermín, Industria Chacinera de la Alberca junto a otros donativos más modestos. De igual modo, reconoció la ayuda de voluntarios que, públicamente, se ofrecieron para colaborar en lo necesario para realizar todo tipo de labores. Entre ellos resaltó la labor de la familia Ortiz de Urbina.
El párroco explicó que cualquier persona, asociación o entidad puede colaborar becando a un alumno desde una semana, un mes o un año según sus posibilidades. Además, matizó que el centro supone “una puerta abierta para los recién licenciados que pueden adquirir su primera experiencia y demostrar que son capaces de devolver a la sociedad, a los más necesitados, parte de lo que ésta les ha dado en tiempos difíciles”.
El religioso encabeza un nuevo proyecto que se ha ido forjando a lo largo de este curso con una nueva filosofía basada en la transparencia sin olvidar los principios de su fundador Juan Trujillano.
Un grupo de personas entre las cuales se encontraban los alcaldes de Fuenterroble, Salvatierra de Tormes, Galisancho, Santa Teresa y Santa Inés, así como exalumnos del centro, algunos, matrimonios que se conocieron en este centro educativo que ha cumplido medio siglo y voluntarios fueron recibidos por el coordinador del centro acompañado por personas que, voluntariamente, siguen apoyando incansablemente este proyecto desde su inicio.
Pese a que llegó a rumorearse lo contrario, el colegio ha continuado abierto a lo largo de este curso en el que ha dado cobijo, como residencia, a 75 alumnos “tras el abandono de la Administración Regional por problemas ajenos a los profesores que han creído en este proyecto de educación integral que no desaparecerá porque está basado por profesionales que creen en este proyecto, y que de manera voluntaria lo han mantenido en pie no sin dificultades”.
La jornada de visita sirvió para ponderar la labor de educadores como Alejandro, Angelines, Carmina, Agustina y Pilar quienes han hecho frente a multitud de dificultades, especialmente el último año en que el colegio de La Inmaculada de Armenteros se ha convertido en su casa.
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