Los vecinos de Sequeros volvieron  a salir en masa a las calles del municipio para encaminarse, poco después de mediodía, hacia la Iglesia del Robledo con una ilusión común: volver a emocionarse juntos escuchando la palabra de Dios antes de iniciar la procesión y el tradicional Ofertorio de cada 15 de agosto.

 

El grupo folclórico de la localidad fue el encargado de realizar el acompañamiento musical a este acto de sagrada devoción arraigado desde tiempos inmemoriales en la localidad.

 

El resto de la jornada festiva de viernes dejará, ya en horario vespertino, actividades para los más pequeños, el recorrido por las bodegas de la zona y la habitual verbena de todas las noches.   

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