Los jóvenes de 13 a 18 años prefieren quedarse en el pueblo: Sorprendente resultado de un estudio pionero realizado en Miranda de Azán

Mayor oferta de vivienda, disponer de buena cobertura de internet, mejor servicio de transporte público con Salamanca o un centro juvenil, entre las demandas de los vecinos

Miranda de Azán
Miranda de Azán

Sorprendentes resultados los que ha arrojado un estudio sobre la felicidad y el bien común en Miranda de Azán, realizado por Michel Gutiérrez, un alumno francés de prácticas del máster de la USAL de Servicios Públicos y Políticas Sociales. 

El estudio, posible gracias a un convenio de colaboración con la USAL, y con la ayuda de la Asociación Española de la Economía del Bien Común (EBC), se ha centrado en Miranda de Azán, donde se ha hecho la prueba piloto de un proyecto cualitativo para ver si es posible, desde la participación ciudadana, un índice de la felicidad. Es decir, mediante talleres, debates y entrevistas sacar un máximo de 20 ítems comunes que marquen el bienestar local. A tener en cuenta que, por la situación de la pandemia, no han sido posible reuniones amplias y presenciales, seleccionando una representación de los participantes para realizarlo.

Los jóvenes valoran la tranquilidad, la mayor libertad o la confianza por conocerse todos

Entre los resultados, resulta interesante el hecho de que los jóvenes en el tramo de edad entre 13 y 18 años prefieren quedarse en su pueblo a marcharse a disfrutar del ocio a la capital, a siete kilómetros.

¿Qué valoran estos jóvenes para optar por quedarse? “Prefiero vivir aquí por la tranquilidad, hay menos tráfico. Estás más a gusto". "No hay tanta gente que te agobia, puedes quedarte fuera hasta la hora que quieras, no hay preocupación. Estamos a dos calles de cada uno". "Más tranquilo, nos conocemos todos, nivel de confianza alto”. Son algunas de las respuestas de los jóvenes, que también demandan un centro juvenil para reunirse. 

José Luis Sánchez: "Los jóvenes están a gusto, disfrutan del ocio en el pueblo"

El alcalde, José Luis Sánchez, que califica su pueblo como "muy joven" y con mucho dinamismo, con 70 niños menores de 13 años, considera como uno de los resultados más significativos que la gente joven prefiere disfrutar del ocio en el pueblo, "están a gusto y en vez de preferir acudir a la ciudad, se quedan aquí".

Un resultado en el que puede haber influido el hecho de que, desde el Ayuntamiento, asegura, se venga trabajando con ellos desde hace ocho años con ludotecas y actividades infantiles, "y ahora se ven los frutos". Está claro, añade, que la felicidad y el bienestar del bien común será distinto a pueblos próximos porque, en el caso de Miranda, destaca, por ejemplo, la zona del regato con el arbolado, algo muy valorado por los vecinos de todas las edades.

Otra de las conclusiones llamativas que recoge es que la forma de hacer política municipal atrae a la gente joven.

Para el alcalde de Miranda, localidad que se convirtió en 2013 en el primer municipio del Bien Común, iniciando una red de activistas que se extiende por 20 países, estos resultados son una reivindicación "bien clara de lo rural, ante la situación generalizada de despoblación y abandono por parte de otras instituciones".

Como afirma Sánchez, se trata de un estudio que quiere ser un prototipo para comprobar si funciona la metodología, aunque los resultados puedan ser cuestionables. El objetivo es, explica, que de una manera conjunta y participativa, "los vecinos tomen conciencia de las cosas que les unen, para que desde el Ayuntamiento se protejan y potencien, y también las carencias, para trabajar en ellas".

Como conclusión, a destacar en el índice de la felicidad y del bien común en Miranda de Azán: conservar la tranquilidad rural, asegurar una vivienda estable, preservar el entorno rural, apoyar la relación campo-ciudad, potenciar el patrimonio natural, fomentar iniciativas o valorar las relaciones interpersonales.

 Cómo se desarrolló el estudio: Entrevistas, grupos de discusión y taller de dibujos

En el estudio, realizado del 11 de enero al 22 de febrero, participaron 26 habitantes de diferentes tramos de edades para establecer un muestreo representativo de la calidad de vida y problemáticas presentes en Miranda, contando con talleres participativos mediante entrevistas semiestructuradas, grupos de discusión y taller de dibujos.

Las entrevistas semiestructuradas se llevaron a cabo con cuatro personas mayores y una mujer de 50 años, mientras que los grupos de discusión se realizaron con tres grupos distintos, cada uno compuesto de entre 5 y 7 personas, de tres rangos de edad diferentes: 25-50, 50-75 y 13-18.

Los grupos de discusión estuvieron liderados por un estudiante en máster en prácticas y Teresa M. Gómez-Pastrana Jimeno, agente de desarrollo local e involucrada desde 2015 en el proceso del bien común.   

Con el primero, con participantes de entre 25 y 50 años, se abordaron varios temas con dos perfiles diferentes, el de los neorrurales y el de personas que llevan viviendo en Mirando desde su nacimiento. "La contraposición de opiniones y la convergencia sobre temáticas que son determinantes a la hora de ser feliz en Miranda proporcionaron un contenido amplio, en el cual resaltan temáticas como la preservación de la naturaleza, la importancia de tener una vivienda estable o el valor que se da a las relaciones interpersonales del mundo rural", recoge el estudio.

En el segundo grupo de discusión, compuesto por participantes de entre 50 y 75 años, "hubo más homogeneidad en las opiniones, y los temas que resaltaron fueron similares: la importancia de la cercanía con Salamanca, la importancia de la vivienda o la voluntad de mayor dinamismo poblacional".

En el tercero, compuesto por participantes de entre 14 y 18 años, resalta sobre todo la demanda de servicios públicos para jóvenes, en particular de un centro juvenil, y el valor que se le da al modo de vida rural.

Por lo que se refiere a los talleres, partiendo de la felicidad, los participantes elaboraron discursos en tres ejes: felicidad personal, felicidad comunitaria y reflexión sobre la felicidad y el bien común, centrados en bloques.

El primero relacionado con la naturaleza, con su preservación, la sostenibilidad ecológica, el respeto al patrimonio natural, "factores muy valorados en Miranda de Azán y que constituyen una plusvalía territorial evidente". La naturaleza, cuestión clave de Miranda, con un entorno "que condiciona en varios casos la felicidad de los vecinos, con un verdadero amor hacia la naturaleza", apunta el estudio. En este sentido, valoran de manera especial el regato, que este año el Ayuntamiento ha realizado una limpieza profunda y los vecinos valoran este entorno natural.

Para continuar potenciando el entorno natural, Miranda está elaborando, con Fondos Europeos, el proyecto para poner en marcha un 'paseo verde', de menos de 1,5 kilómetros, que conectará el regato del pueblo, con paneles explicativos de la flora y fauna del entorno, con el monumento homenaje a la Ruta de la Plata, dentro de Miranda.

El segundo, las relaciones sociales, ya que "la decisión de vivir en  Miranda viene motivada en varios casos por la voluntad de encontrar un ambiente acogedor, en el que uno conoce a sus vecinos, puede ver crecer a sus hijos en un entorno rural y saludable". "Varios participantes que antes vivían en un núcleo urbano resaltan la importancia y el marco solidario que existe en el mundo rural y en especial en Miranda de Azán. Lo que más se valora son las relaciones interpersonales que proporcionan una calidad de vida importante".

El tercero, servicios. "Existe un claro reclamo de servicios, que nace de la dicotomía que existe entre la proximidad que hay con una capital de provincia y el escaso acceso a Internet o transporte público".  El primer servicio que reclaman, la escuela. "Existe cierta polarización. Por una parte, tenemos a vecinos que están convencidos de que una escuela aportaría un bienestar clave. "Con este número de niños se puede solicitar un comedor escolar o madrugadores. Todo es empezar. El problema está en que todos los padres no quieren. Si se quedaran todos los niños podríamos hacer algo”. 

Y otro demandado de manera unánime, el acceso a internet, mejorar la cobertura. “El único fallo que veo es internet. Es horroroso, va fatal”. El transporte público con Salamanca y un centro juvenil se incluyen también entre las demandas que recoge el estudio. Respecto al centro juvenil, es uno de los objetivos prioritarios del Consistorio para ponerlo en marcha cuanto antes.

El cuarto con la ruralidad. "Se valora mucho la preservación de la identidad rural, de la tradición rural y de las ventajas que proporciona esta ruralidad". Si hay algo que se valora y que genera felicidad en el pueblo es el entorno rural. "Más próspero para muchos que el ritmo urbano, es un condicionante clave en la calidad de vida en Miranda y lo primero que se valora es la tranquilidad rural".

La toma de decisiones. "La cuestión de gobernanza es importante dentro de la emancipación y realización de los individuos dentro de una comunidad. En Miranda existe una demanda de mayor involucramiento de la población, en particular en lo que se refiere al proceso de la EBC".

Y, por último, el crecimiento porque "la felicidad pasa por el crecimiento del núcleo poblacional, y temas como la vivienda, la relación entre el pueblo y la ciudad resaltan en los discursos". "La felicidad pasa por el crecimiento de Miranda y, lo primero, lo relativo a la vivienda. Pese a la calidad de la vivienda, las dificultades de acceso lastran la felicidad y calidad de vida en el pueblo", reflejan las conclusiones del estudio de Michel Gutiérrez. 

¿Qué es la economía del bien común?

La economía del bien común nació en Austria en 2010, con Christian Felber, profesor de Economía y activista austriaco, cuyo objetivo inicial era ser un movimiento económico y social novedoso para las empresas, que rompa con el dictamen de la economía de mercado.

La economía del bien común "se basa en los mismos valores fundamentales y constitucionales que aseguran el éxito de nuestras relaciones y de la convivencia: confianza, aprecio, cooperación, justicia y voluntad de compartir", asegura Felber. La competencia y el ansia de beneficio "pasan a convertirse en un esfuerzo hacia el bien común y la cooperación", con cinco pilares de la EBC: dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social y transparencia y participación.

Miranda aprobó el 2 de mayo de 2013 un manifiesto por el que se comprometía a realizar el Balance del Bien Común como forma de evaluar el desarrollo de su actividad política, social y económica a la hora de ponerlas al servicio de la ciudadanía. Con esta declaración, y la creación de un grupo de trabajo en Salamanca tras una conferencia organizada por el Ayuntamiento, Miranda se convertía en el primer municipio promotor del bien común en el mundo.

¿Cuáles son los objetivos del índice del bien común?

Ser una herramienta útil para la gestión local colaborativa y que involucre a todos los actores locales, incluyendo ciudadanía, gobierno local, organizaciones sociales y agentes económicos; fomentar la democracia directa y la participación de la ciudadanía en la gestión local y ser la base para la definición de planes de acción individual y planes de acción comunitarios orientados al bien común, como detalla Diego Isabel la Moneda en su artículo 'Índice de la Felicidad y Bien Común'.

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