Alba de Tormes se volcó con el domingo de Ramos. El buen tiempo propició que numerosos vecinos abarrotaran la iglesia de San Juan acompañados de los más pequeños, los verdaderos protagonistas de la cita.

 

A la entrada del templo, niños y adultos recibieron los ramos de laurel que fueron posteriormente bendecidos. Al término de la misa y ataviados con túnicas, unos y otros recorrieron las principales calles del municipio en las que se agolparon un buen número de vecinos.
 
 

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