Gargantillas y reparto del queso de San Blas, en La Vellés
La Mancomunidad de Labradores de Gansinos, finca en la que se originó la tradición, reparte la comida entre los vecinos de la localidad
Hace más de 150 años se inició en La Vellés una tradición que todavía hoy se repite cada San Blas. En aquel momento, el pago por el arrendamiento de las tierras se hacía en trigo y queso entre arrendatarios y arrendadores. Y según narran los vecinos una mujer cedió esas tierras para que por San Blas, se repartiera pan y queso a los pobres. Una costumbre que se ha mantenido en el tiempo y que perdura de forma que los vecinos en San Blas se reunen tras la misa y la bendición de las gargantillas para disfrutar de pan y queso. Una forma de disfrutar de una comida con vecinos y amigos.
Es la Comunidad de Labradores de Gansinos, finca en la que originó la historia, la que ese encarga del reparto del queso y del vino entre los vecinos.
Como curiosidad en la zona de Gansinos, donde se ubican los prados, se utiliza la chita como unidad de superficie en el reparto de los pastos. Los prados están en proindiviso y tienen capacidad para alimentar a 126 bueyes durante todo un año. Un buey tiene cuatro patas y cada pata dos chitas, y esa es la medida que se utiliza. Cada chita corresponde a unos 800 metros y así se utiliza en la localidad desde el año 1861 según el Ayuntamiento.
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