Juegos tradicionales para niños y no tan niños

La actividad, organizada por La Pradera, llenaba de gente la Plaza Mayor en una cita que ya se ha convertido en una tradición

 Juegos tradicionales para niños y no tan niños
Juegos tradicionales para niños y no tan niños

Los pucheros puestos en hilera colgados desde una columna de los soportales de la Plaza Mayor no dejaban lugar a la duda: esta tarde se celebraban los Juegos tradicionales de La Pradera.

Desde hace años las vasijas de barro hacen las delicias de los más pequeños. Con tan solo eso, un pañuelo y un largo palo el juego está completo a falta de jugadores hábiles que con los ojos tapados sean capaces de romper la piñata y llevarse las golosinas de dentro. Así, hasta 150 chicos han pasado por ese punto para disfrutar de tan conocido a la vez que original juego.

Para los más mayores, la diversión venía de mano de los globos llenos de agua que hacía las veces de puchero y servían duchas refrescantes para todos los que querían su correspondiente bolsa de chucherías. Madres, padres y abuelos se convertían en espectadores de excepción y llenaban la Plaza Mayor en una tarde de pre-fiestas que más bien parecía de la Semana Grande.

Para finalizar, una carrera de sacos en la que las caídas de los participantes eran aplaudidas por el público y aderezadas con las gracias de un payaso que durante toda la tarde repartió piruletas con la misma soltura que sonrisas.

 

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