“El teatro es muy fuerte, resiste, sobrevive a todo, a las guerras, a las censuras, a la falta de dinero. Es suficiente con decir ‘la escena es un escenario vacío de un tiempo indeterminado’ y hacer entrar a un actor”. Así, con estas palabras la actriz Eva Campo de la compañía Esfinge Teatro cumplía el rito de la lectura del mensaje que este año con motivo del Día Mundial del Teatro ha escrito la actriz francesa Isabelle Huppert.
“El teatro para mí es el diálogo, la ausencia de odio. La amistad entre los pueblos”, leía Campo ante un auditorio que acudía al Centro Cultural para disfrutar de la obra ‘Tejas Verdes’. “No sé ahora mismo- continuaba- qué significa exactamente, pero creo en la comunidad, en la amistad de los espectadores y los actores, en la unión de todos a los que reúne el teatro, los que lo escriben, los que lo traducen, los que lo explican, los que lo visten, los que lo decoran, los que lo interpretan, incluso, los que van”, señalaba.
“El teatro tiene una vida abundante que desafía el espacio y el tiempo, y las obras más contemporáneas se nutren de los siglos pasados, los repertorios más clásicos se hacen modernos cada vez que son subidos de nuevo a escena”, proseguía para terminar con la cita a un viejo director de la vieja escuela, y con un “¡Paso al teatro!” que daba lugar a la representación y a una sesión que tenía tintes especiales.
La concejala de Cultura, María Jesús Moro Tejedor, quiso instaurar un buzón para que al salir de la representación los asistentes puedan mostrar su conformidad o disconformidad con la obra a través de unas tarjetas decoradas con máscaras sonrientes o tristes. “Queremos que el Día del Teatro nos sirva para comenzar una iniciativa que se mantendrá viva a lo largo de todo el año”, explicaba a la entrada del teatro.
Después Esfinge Teatro ponía en escena ‘Tejas Verdes’ una obra de gran profundidad en la que se narra la detención, tortura y muerte de una de tantas mujeres acusadas de defender la democracia en el país andino. Imágenes en blanco y negro del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile y caras de los desparecidos daban paso al alegato del abogado defensor de Pinochet en el caso emprendido por Baltsar Garzón contra el dictador chileno.
Con una gran carga emocional, ‘Tejas Verdes’ es el nombre del campo de tortura donde desapareció Colorina, acusada de estar enamorada de un militante marxista, una dramática historia que no requería de aderezos sobre el escenario, sino de una extraordinaria interpretación de un texto desgarrador, en este caso original de Fermín Cabal Riera.
Tras una profunda sesión, los asistentes se iban del teatro con algo más que una profunda reflexión: con un broche de cerámica que representaba dos máscaras de teatro realizado para la ocasión y que la Concejalía de Cultura quiso regalar a los asistentes como culminación del programa de actos elaborado con motivo del Día Mundial del Teatro.
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