Suspendida la procesión y el ofertorio del Corpus Christi, el Ayuntamiento de La Alberca ha invitado a los vecinos a 'pulir' los balcones con mantones bordados serranos para mantener la esencia popular de una celebración que este año no se vivirá en la calle.
La arquitectura tradicional de La Alberca es el mejor marco posible para resaltar una fiesta, la del Corpus Christi, que brilla con luz propia, con los balcones y ventanas engalanados para la ocasión.
La procesión religiosa con la custodia del Santísimo recorre calles cubiertas de tomillo en el suelo y jalonadas por altares decorados con manteles, flores e imágenes del Niño Jesús. El primer altar se coloca en la Plaza Mayor y hasta allí portan el palio las autoridades municipales, que lo ceden a los mayordomos, que lo llevarán el resto de la procesión.
En el atrio de la iglesia, el Solano Bajero, se celebra el ofertorio con gran solemnidad, una ceremonia en la que mayordomos y cofrades, vestidos con sobrias capas y trajes serranos, se arrodillan tres veces sin dar la espalda al Santísimo, mientras que los niños de primera comunión arrojan pétalos de rosas cuando se eleva la custodia. Una tradición religiosa en el recuerdo que los albercanos esperan retomar en 2021.