Objetivo conseguido. Los vecinos de Miranda del Castañar (Salamanca), por medio de la asociación Buen Camino (www.buen-camino.es) han logrado reunir 2.857€ en poco más de un mes a través de la plataforma de micromecenazgo de la asociación Hispania Nostra, lo que les permitirá señalizar el trazado desde Horcajo de Montemayor a Miranda del Castañar (20 km). Su objetivo mínimo era llegar a los 1.800€, por lo que han superado esa cifra en un 59%.
Cerca de 70 donantes han decidido apoyar el proyecto y la ilusión de los vecinos de Miranda, como es el caso de Pablo González, quien ha reconocido la “gran labor la que hacéis en la restauración del patrimonio de nuestro país”. “Os admiro, pronto estaré recorriendo esa hermosa zona. Saludos de un extremeño en Noruega”, ha escrito en el muro de los donantes. “Soy Isabel, si no conseguís el objetivo final, os daré un bastonazo.
Y, si lo conseguís, un besazo”, bromeaba otra donante que tendrá que guardar su bastón para una mejor ocasión. El GR-10, también nombrado E-7, es un histórico y olvidado sendero europeo que atraviesa las reservas naturales situadas en torno al antiguo Condado de Miranda del Castañar y sus pueblos (Salamanca), catalogados entre los más bonitos de España.
Lugares de ensueño como la Sierra de Candelario, Quilamas, Reserva Peña de Francia y Batuecas, y pueblos y villas históricas como Candelario, Miranda del Castañar, Mogarraz y La Alberca jalonan este privilegiado itinerario. Sin embargo, toda esa comarca pertenece a lo que se ha dado en llamar la “España abandonada”, y el camino, empleado desde la antigüedad por los arrieros, cayó en el olvido en los años 50 del pasado siglo.
Desde la asociación Buen Camino explican que “llevamos varios años en los que hemos redescubierto y marcado de forma altruista el primer tramo, llamado Camino de los Enamorados -en memoria de Hortensia y Kiko, arrastrados por las aguas del Río Alagón en 1940-, el cual discurre entre Pinedas y Miranda. La financiación la hemos aportado de fondos propios y la inversión del tiempo de nuestras vacaciones y fines de semana”.
“Gracias a todo ello, hemos podido disfrutar y tomar contacto con este camino olvidado, descubrir su empedrado oculto, su puente romano arrasado por el fiero Alagón, reparar su pasarela, limpiar sus fuentes, disfrutar de sus recursos gastronómicos, como el vino, el aceite, chacinas y mieles, así como escuchar a los mejores testigos del olvido de estos parajes, sus vecinos mayores y el canto de sus pájaros.
En resumen, pretendemos poner en valor y recuperar la zona, como cuando los romanos de hace 2000 años sacaban por estos caminos los tesoros de los Cabenes. Se invirtieron en la fase 0 de planificación, para documentar entre Pinedas y Miranda, 4.175€ destinados a Geolocalización, marcaje y cartelería en municipios. Sin contar el tiempo y dedicación aportado por los promotores y voluntarios”, añaden.
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