Aún persisten diferencias muy sustanciales entre los pueblos y la ciudad, y más para aquellos que busquen emociones diferentes. Por ello, no deben dejar pasar una noche de ánimas en pueblos como La Alberca o Mogarraz. 

Está bien entrada la noche al dirigirse a la iglesia, donde "?ca? cual ha de tocar por los sus muertos? ?Pa? su bien, así ha de ser". De repente, por la esquina de una calleja, unas lucecitas, oscilantes, avanzan hacia el templo. Son otros fieles, tanto hombres como mujeres, que van alumbrándose con faroles a tocar por sus muertos. Lo que más llama la atención es ver llegar a esa mujer llamada de ánimas, que toca la esquila en cada esquina y recita su salmodia. Espera y se une al pequeño grupo de acompañantes que vienen cogidas del brazo rezando el rosario y se marchan así a otra esquina.
 
A medianoche, los primeros viernes de mes y cuando la gente ya está dormida, salen otras pedir con sus rezos por las ?benditas ánimas del purgatorio?:
 
Pecador las once son
y en ellas contemplarás
que todo el mundo se acaba
como estamos estarás ...
 
De regreso a nuestros días, a una realidad que en La Alberca y Mogarraz tiene cotidiana pervivencia todos los días al oscurecer recorre el pueblo la esquila de las ánimas, que lleva una mujer que toca en todas las esquinas a la vez que entona una salmodia por las almas del purgatorio:
 
Fieles cristianos acordémonos
de las benditas almas del purgatorio
con un padrenuestro y un
avemaría por el amor de Dios.
Da tres toques con la esquila y continúa con la salmodia:
Otro padrenuestro y otro avemaría
por los que están en pecado
mortal para que su Divina
Majestad los saque de tan miserable estado.
Hace sonar la esquila por última vez dando otros tres toques y continúa sin dejar de rezar, hasta completar el recorrido.

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